La comprobación del buen funcionamiento del instrumento provocó la algarabía de la agencia espacial estadounidense NASA.
Los datos de salinidad "están mostrando una calidad mucho mayor de lo que esperaba ver tan pronto la misión", declaró el investigador principal de Aquarius, Gary Lagerloef.
Las variaciones en la salinidad del mar están relacionadas con el ciclo del agua dulce en todo el planeta, la circulación oceánica y su influencia en estabilizar el clima global. La actividad requiere un control permanente de los datos y el ajuste de calibración, porque el instrumental con que se mide este dato está "a 657 kilómetros de altura, con atmósfera de por medio, en movimiento, con variaciones en los softwares o el material".
El control desde Tierra es trabajoso y se está haciendo con buen tino desde Córdoba, con turnos y sobreturnos. Michael Freilich, director de la Tierra de la NASA en la sede de la División de Ciencias de la agencia en Washington, afirmó que "Aquarius está realizando mediciones coherentes, continuas y globales de la salinidad del océano, incluyendo las mediciones de lugares que nunca han probado antes".
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