La película muestra que la llegada de Eva produce un verdadero temblor en la vida íntima de Perón, pero también en la realidad sociopolítica de la Argentina de esa época, moviendo los cimientos morales de la alta sociedad, arengando a los trabajadores y a las mujeres a hacerse escuchar para defender sus derechos.
“Quise transitar un camino que no había visto transitado anteriormente. A Perón y Eva siempre se los aborda desde el mito, pero a mí me interesaba más de dónde venían, cómo se construyeron como personas. Me interesaba ese período, porque construyeron algo tan fuerte que trascendió sus propias vidas”, afirmó De Luque, cuyo tercer largometraje llegará a las salas este jueves.
La directora se centró en “el entorno emocional” de Perón y Eva: “Elegí no ceñirme a las reglas de la exactitud documental. No quería que ese fuera el eje. Quise poner la cámara en la intimidad y mostrar cómo esa intimidad repercutía en los destinos del país”.
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