(GEI)-Un estudio realizado entre diciembre de 2010 y enero de 2011 por la Fundación Huésped y UNICEF Argentina sobre conocimientos y prácticas en VIH y salud sexual entre adolescentes, reveló que el 89% de los consultados utilizó ese método en su “primera vez”, una cifra que representa un significativo avance frente al 76% que se había estimado en un estudio similar de 2003. Del mismo modo, la encuesta demostró que en relaciones de sexo ocasional, el 65% de los jóvenes utiliza preservativo, un 17% más que siete años atrás.
A pesar de este avance, otros datos de la investigación confirman viejas deudas del sistema de salud para acercarse a estos jóvenes. El 80% de los 1100 adolescentes entre 14 y 19 años que respondieron la encuesta no realizó ninguna consulta médica referida a su salud sexual durante 2010, y entre quienes lo hicieron, el 59% tuvo como motivo la necesidad de realizarse un chequeo general. Otra muestra de las falencias en la atención sanitaria es que, sólo uno de cada diez jóvenes se realizó alguna vez el testeo de VIH-Sida y de ellos, el 90% retiró el resultado, pero apenas el 25% recibió información preventiva. Para los investigadores del estudio, las cifras reflejan dos tendencias: los sistemas de salud no terminan de ser lo suficientemente amigables para los adolescentes y en contraposición, la escuela sigue siendo la principal fuente de información elegida por los chicos para hablar sobre temas relacionados a la salud sexual y reproductiva.
En la escuela “La ley de educación sexual integral tiene objetivos muy claros y es una herramienta igualadora para nivelar conocimientos y trabajar en prevención. El reto principal ahora es ponerla en marcha localmente”, señaló el representante de UNICEF, Andrés Franco, haciendo referencia a la cantidad de provincias argentinas que, como Salta o San Juan, se resisten a aplicar la normativa nacional por las concepciones ideológicas de sus gobiernos.
De acuerdo con el informe, si bien es muy extendido el acceso y consumo de medios y tecnologías de la información y comunicación, los docentes, junto a la familia y los amigos resultan “más confiables, accesibles y comprensibles” para resolver sus consultas sobre temas de salud sexual. El 56% de los adolescentes declaró que acude a la familia para obtener dicha información, el 31% a los amigos y otro 31% a la escuela. En el caso de las infecciones de transmisión sexual, el rol de la escuela resultó clave aun más: el 74% de los chicos y chicas contó que supo de ellas en el colegio.
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