La nueva "Superbanda" que era liderada por Javier "Pinocho" Belizán, un prestamista que dirigía los golpes desde Pergamino y que fue detenido el miércoles 20 de julio pasado, contaba con cuatro células independientes que se especializaban en robos tipo comando, secuestros express, piratería del asfalto y robo de autos de alta gama. Para los investigadores se trata de una de las organizaciones delictivas más complejas de los últimos tiempos, y que desarticulada en los últimos días casi en su totalidad después de una larga investigación realizada por la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora, y la Super- intendencia de Investigaciones en Función Judicial que está a cargo del comisario Roberto Castronuovo. Según las fuentes, los cabecillas de los grupos eran hombres de confianza de Belizán. Entre ellos no había contacto, aunque en algunos casos solían trabajar con los mismos choferes. Hasta el momento fueron detenidos veinte integrantes, entre ellos el cabecilla, uno de los líderes de la barra brava de Arsenal, y un ex policía federal.
En dos de las escuchas telefónicas que obran en la causa, y que prueban cómo planificaban los golpes, y revelan ciertas diferencias con la conducción de la organización.
Escucha I
A: Rebelde. B: Martín. A: Estoy con ganas de ponerme las plumas y salir de cacería. B: Estas a recontra mil, loco. A: Acá loco, tironeando, boludo. B: Bien, boludo, bien. Hoy justo estaba hablando con un chabón para ver si vamos a comprar o no, o a tomar algo. A: Vos sabes que vamos a comprar. Pensé que estabas hablando con el aa. B: No, con el andresito hablé antes de hablar con vos. A: Yo hoy estuve hablando para ver si vamos hacer algo, entendés. Lo que pasa que él quiere hacer todo detallista, y nosotros somos más indios, vamos al rock and roll y a la indidada, es cortita. B: Claro, lo que pasa que nosotros nos acostumbramos a jugar la pelota en el potrero, viste. Y ellos hacen otra cosa. De otra manera no lo puedo entender. A: Vos sabes cuántas veces fuimos a chupetisiten (sic) y no sabíamos donde vivía, nada, sabíamos donde salía y adonde llegaba; de última cuando lo tenes ahí y es cortita: le decís decime donde vivís porque sino no sobre- vivis, es cortita. (...) Pero ellos quieren saber la dirección, a la hora que cae, que come y que todo. Es plomo en la frente y fue, es cortita, como hicimos siempre nosotros. B: De frente mar. Ahora no le hablé. Hoy lo hablé a la mañana. Antes de hablarte con vos le hablé. Y lo que me dijo él era que iba a hablar con otro chabón más para ver si conseguía otro delantero. A: Y bueno no sé. Rescatate la dirección de estos giles porque estoy re caliente. Tengo unas ganas de ir y romperles la espalda a estos logi de ayer. B: Yo también quedate tranquilo. Ya está boludo. A: Pero no nos pueden poner una patrulla de esas como la que hicieron ayer, Martín. Sabemos que nos hemos llevado mas plata y siempre queda arriba de la mesa. Por dos monedas con cincuenta no nos van ensuciar estos giles, ni a mi ni vos ni a nadie. A: Queres hacer otra causa, hacé otra causa y listo. Es así. Que me diga no me va como laburamos, no me va, chau, fue y a otra cosa (...). Si mañana salimos vos y yo, vos sabés que está el cosito ese del piripi que pasa el parte diario. Me decís a donde vamos, y tun. (..) Vamos, escuchamos, y sabemos si nos podemos quedar hasta lo último de la fiesta. B: Vos sabés como se juega a la pelota. Vos sabés que somos distintos. A: Vos viste cuando salió la minita a gritarle. Yo y vos le entramos atrás, si es artista. Viste que como a la media hora empezaron con el piripi. En media hora entramos y nos fuimos, y en media hora estábamos. B: Bueno, dale rebelde. Mañana tipo seis vamos a ver a esos chabones. A: Fijate, dale. Vamos a ver si hacemos algo (...) A: Y de última volveremos a la vieja época, a salir a talibanear con los talibanes.
Escucha II:
A: Rebelde. B: Martín. B: El lunes tengo que ir a hablar a la una de la tarde con los camioneros que vienen de la Costa. A: ¿Sabés que es lo bueno? Enganchar a los camioneros cuando están vacíos con el camión y revisárselos de punta a punta. Y cuando vienen en algún momento, ahí revisárselos. Y de última hay que invertir. Ir hasta la costa. Arrancamos a las 6 de la mañana y a las 12 estás allá, y a las 17 te estás pegando la vuelta; a las diez de la noche estás acá. B: El viernes ya hablé con uno. Y este nuevo muchacho me dijo que viene con Nike, Reebook, viene con un muchacho solo. Viene encua- dradísimo para comprar... Imaginate que todo es nosotros. Quiero hablar con Andrés porque me dijeron que él tiene la máquina que va. Porque sino lo tengo que llamar al gordito Lucas. La que tiene él re va, es la mejor del condado. Y no lo iba a tratar de ubicar, pero al chabón cuando le hablás de un trabajo, te viene con todo el equipo Marlboro, con trescientos. A: Pero bueno, es como todo. Cuando estás armado, es así. Tengo una máquina, treinta pesos. Pero es como todo. La máquina no es todo. Hay gente que se piensan que le tienen ahí servida y es la salvación, pero tenés que tener un buen cablero. B: Obvio, el que saca bien es el que nos va a servir. A: Es como que te pongas una inyección y te lo frena. Pero te agarra un buen cirujano y chau cáncer, ¿entendes? B: Ya sé, igual vamos a necesitar la maquinita por... A: Quedate tranquilo que sí, porque a veces no te da tiempo el cable. B: Igual, la que yo tengo la probé con uno de la nobleza, y bien. Viene como piña. Sabés cómo funcionó la maquinita esa. Cortó todo, rebelde. A: ¿Le diste a una? B: Sí , me fumé una banda de cigarros. (Risas.) A: Y bueno, vamos a ver lo que hacemos, Martín. B: Vamos a encuadrar algo, amigo. Me hubiera gustado porque estoy acá cerca y encuadrar las cosas. Y no sabés las cosas que me están pintando lindas para encuadrar. Quedáte tranquilo, en algún lado vamos a meter un golazo... (911)
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