Estos datos se desprenden de estudios que maneja el Gobierno provincial y que fueron analizados en el marco del III Congreso Internacional de Cambio Climático de La Plata. Las actuales y futuras regulaciones ambientales -mucho más duras- son, en gran parte, una “justificada excusa” para imponer trabas a la importación de productos en mercados como el europeo, el norteamericano y el asiático. Un estudio que realizó recientemente la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLP por pedido del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) tomó los productos exportables bonaerenses en el período 2006-2009 y analizó qué podría pasar ante las nuevas barreras ecológicas.
Según el investigador Raúl Rosa si la Unión Europea (UE) restringiera sus importaciones en relación a la “Huella de Carbono”, el monto comprometido de la provincia sería del 15,2 por ciento del monto total de las exportaciones. “Es una cifra considerable”, se sinceró el ingeniero agrónomo, y aclaró que del total, “el 92 por ciento de las emisiones de los productos exportados corresponden al sector cárnico y el 8 al sector agrícola”.
La investigadora del INTA, Laura Finster, analizó la huella en el sector pecuario y dijo que las emisiones de Argentina contribuyen en un 0,6 por ciento a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. En ese contexto, el 44 por ciento corresponden al sector de la agricultura, el 47 al energético, el 4 al industrial y el 5 por ciento a los residuos. De estos, el sector ganadero productor de carne es el que más impacta en el ambiente.
MERCADOS Frente a esta perspectiva, la provincia de Buenos Aires, que cada año exporta al viejo continente unos 820 millones de pesos en carne y cereales, comenzó a buscar la forma de que sus productos de exportación se adapten gradualmente a las nuevas exigencias ambientales europeas. Y es que “de no hacerlo, en pocos años podríamos quedar afuera de importantes mercados”, según reconocen desde OPDS.
Los países desarrollados van incorporando exigencias de producción y etiquetado ecológico, como la "Huella de Carbono". A la vez, el ecoetiquetado ya se demanda en varias cadenas de supermercados en los países de la UE, y Estados Unidos avanza en castigos a los diferentes productos según su grado de emisión de GEI a través de impuestos a la importación.
Esto, sin duda, terminará impactando en los productos exportables bonaerense y del país. “Las políticas europeas buscan aumentar el consumo de productos con ‘mejor performance ambiental’, y ese proceso de certificación afectará más a las pymes”, explicó el investigador de la UNLP-UBA, Sebastián Galbusera.
En tanto, para Departamento de Medio Ambiente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Claudio Terrés, la “Huella de Carbono” se ve como una barrera arancelaria, pero destacó que “hay muchos productos con muy buenos parámetros, entonces esto se puede transformar en una oportunidad”. (DIB)
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