El fenómeno fue abordado por distintos expertos de todo el mundo que debatirán hasta mañana en La Plata en el III Congreso Internacional sobre Cambio Climático y Desarrollo Sustentable mediante una serie de exposiciones científicas que dan cuenta de estos peligros.
“No van a surgir nuevas enfermedades por el calentamiento global pero sí van a resurgir algunas que hoy están controladas y otras se van a potenciar. El aumento de la temperatura multiplica la presencia de vectores como mosquitos y garrapatas, que se adaptan a los cambios, y sobre todo alargan sus ciclos vitales”, dijoel especialista del Instituto de Salud Pública de Madrid, Francisco Orozco. “Vemos que los vectores tienen más resistencia y viven más tiempo al extenderse las estaciones cálidas” sostuvo.
El desarrollo de la leptospira, la bacteria de la leptospirosis –transmitida a través de la orina de roedores y otros animales- se ve favorecido, entre otras causas, por el aumento de las temperaturas o la humedad derivada de las mayores precipitaciones e inundaciones atribuidas al cambio climático.
“La leptospira se desarrolla en la humedad, y sus temperaturas ideales son de entre 28 y 30 grados. El cambio climático le está dando muchas facilidades. El clima tiene una influencia directa sobre las enfermedades” indicó la especialista del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas (INEVH), María Alejandra Morales.
“El incremento de las lluvias lava la tierra y forma extensiones de barro donde la bacteria puede vivir hasta 130 días”, dijo.
En este contexto, se advirtió que también enfermedades como el dengue y la fiebre amarilla podría resurgir en zonas donde hoy no provocan daños o permanecen bajo control. Las mayores temperaturas benefician la reproducción del mosquito Aedes aegypti, el principal vector de la enfermedad en Argentina.
La jefa del Servicio de Enfermedades Infecciosas del hospital de Niños “Sor María Ludovica” de La Plata, indicó que se han hallado por primera vez ejemplares de Aedes aegypti en el distrito de Olavarría, en el centro oeste bonaerense y su presencia podría seguir bajando hacia el sur. “Se estima que en Argentina el 50 por ciento de la población está en riesgo frente al dengue. En las ciudades, el problema podría ser realmente grave como demostró el brote de la enfermedad en 2009, donde se produjo la más grande epidemia de la enfermedad en el país”.
Indicó que la fiebre amarilla, en tanto, resurgió en Paraguay en 2008, con epicentro en la zona de Asunción, y en Misiones se registraron 9 casos, uno de ellos letal. En esa provincia la última epidemia tuvo lugar en 1966.
Otra preocupación son las enfermedades transmitidas a través de los alimentos: “van a aumentar porque están vinculadas al agua y a la temperatura como el caos de las diarreas o la salmonelosis. Y el problema está sobre todo en las regiones más empobrecidas que tienen condiciones higiénicas deficientes” indicó el español Orozco. “Se cree que si no se adoptan medidas drásticas la morbilidad por enfermedades de los alimentos va aumentar en Europa entre 70 y 100 mil casos en los próximos 20 años”. (DIB) DR
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