El delincuente entró al campo tomó el ternero y esperó que la vaca se acerque. Una vez que el "llamador" atrajo a la madre el malhechor con un certero machetazo en el ligamento de la nuca derribó al vacuno de cuatrocientos kilos que queda paralizado en el suelo.
La vaca raza Hereford da los últimos alientos. Los fae- nadotes no son prácticos. Los cortes de las dos paletas que dejaron los pone en evidencia. Son rudimentarios para usar el cuchillo para faenar vacas, y muchas veces el filo de la hoja golpea el hueso. Tal vez sepan usar un machete pero no un cuchillo lo que pondrían en evidencia su posible origen.
No serían carniceros. Se llevan el cuero del animal tal vez para trabajarlo. Esta parte del botín señala que estamos frente a hombres que saben elaborar distintos productos de uso en el campo (riendas, taleros, etc). Sin embargo en la poca experiencia que tienen no saben que puede ser una descomunal arma para pasado algunos días y la pesquisa dar con los autores inculparlos.
También queda en evidencia que pueden vivir en el campo y tener animales para alimentar (perros) se llevan el hígado y el corazón.
Con una carga de más de 150 kilos salen del campo sin dejar rastros. Por el botín y el trabajo para trasladarlo son más de dos personas y viven muy cerca o utilizan una camioneta para llevarse las partes del animal faenado y además el ternero. El pequeño vacuno de apenas diez días saca a relucir una nueva pista. Los cuatreros tienen espacio para criarlos, por lo que vivirían en el campo tal, vez como trabajadores contratados o cuidando un sitió. La víctima de los malvivientes esta vez fue Miguel Pascussi y hace un mes atrás Raúl Angeloni propietario de un campo cercano.
Sector de difícil acceso
El sitio donde están ubicados estos campos es de difícil acceso para llegar con un vehículo. Los cuatreros deben pasar por el puente del Hospital, o dar una gran vuelta para acceder al puente del Matadero o caminar mucho para utilizar el Puente Santamarina.
Los ladrones son cercanos al predio y saben transitar un camino casi desconocido o son baquianos para no despertar sospecha en una zona donde puede haber testigos circunstanciales.
En el 2001 hubo una serie de once faenamientos en distintos campos cercanos (incluso sufrieron el accionar el mismo Pascussi, Errasti, y varias veces Angeloni, y Capretto). Los ladrones fueron atrapados.
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