Aunque todavía se necesitan estudios, los expertos indicaron que esos “injertos vasculares” tienen el potencial de lograr que los tratamientos de diálisis y la reparación de arterias dañadas y defectos cardíacos, sean “más eficaces”.
Para producir los vasos sanguíneos, utilizaron una técnica que crea capas de tejido con células de la piel donadas que se colocan en una estructura de apoyo, en forma de tubo.
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