Por su parte el Frente para la Victoria dirimirá en elecciones internas sus candidatos a intendentes en 66 distritos bonaerenses, en un armado electoral confirmado hoy que hizo proliferar los postulantes en distritos gobernados por alcaldes “propios” pero díscolos y en algunos que están en manos de la oposición y que se completará recién luego de los comicios de agosto, cuando se confirme en cuáles distritos habrá, además, listas colectoras.
Se trata de una esquema que por un lado confirma que la mayoría de los intendentes oficialistas buscará la reelección, pero por el otro que muchos deberán sortear primero una interna que no estará reducida a un trámite. La intención es contener a la mayor cantidad de dirigentes para evitar fugas, aunque los que pierdan no puedan después presentarse a otros cargos y lo que ganen, en varios distritos, deban repartir votos con los postulantes que encabecen listas de adhesión.
Según la oficialización de las listas que hoy realizó la Junta Electoral del FpV, habrá internas en 31 distritos del Conurbano, corazón de la maquinaria electoral oficialista, mientras que en el interior se registran algunos casos curiosos, como el de Junín, o la reedición, en Luján, del “clásico” entre la intendenta Graciela Rosso y el ex alcalde Miguel Prince, que además deberán enfrentar a otros dos postulantes oficiales.
Varios intendentes que integraron el grupo comandado por Sergio Massa –el G-8-, comenzando por él mismo, que enfrentará a la ex concejal María del Carmen Salcedo, actualmente a cargo de la oficina local del Pami. Pero una suerte parecida correrán otros díscolos, como Joaquín de la Torre, de San Miguel, distritos donde hay otros cuatro candidatos; Sandro Guzmán, de Escobar, donde habrá otros 3 postulantes o Gilberto Alegre, de Villegas, que deberá busca la reelección con tres competidores internos.
En el Conurbano, barones “históricos” del PJ también deberán enfrentar competidores internos: es el caso de Alberto Descalzo, de Ituzaingó; el del hijo del ministro nacional Juan José Mussi, Juan Patricio, que pese a ese respaldo, tendrá enfrente a otros dos candidatos. Otro ministro que no pudo facilitarle la sucesión a un hombre propio es Baldomero Alvarez de Olivera: en Avellaneda Jorge Ferraresi enfrentará a otros tres postulantes.
También habrá internas en Florencio Varela, gobernada por el mandamás de la Federación Argentina de Municipios, Julio Pereyra; en La Matanza, donde el sucesor de Alberto Balestrini, Fernando Espinoza, deberá competir con otros tres candidatos, lo mismo que le ocurrirá a Darío Díaz Pérez, de Lanús. En Presidente Perón se repite el esquema: Aníbal Regueiro, de tensa relación con la Casa Rosada, enfrentará a otros dos candidatos.
En el interior, aparecieron también algunos datos curiosos: el ex ministro de Salud Ismael Passaglia había anunciado su pase al oficialismo desde el “felipismo” para asumir una candidatura a intendente de San Nicolás, apadrinada por otro ex funcionario de Solá, Eduardo Di Rocco, hoy miembro del gobierno nacional. Pero no lo hará, a pesar de que habrá en su distrito competirán dos candidatos, uno de ellos hijo del caudillo local y diputado nacional José María Díaz Bancalari, Gustavo. Un duelo interesante que disputa en el interior es el de Mar del Plata, donde el ex titular de la Oncaa Carlos Cheppi se enfrentará al histórico Juan Garivoto, furioso porque lo dejaron fuera de la lista de candidatos a diputados, por lo que perderá su banca en diciembre. Habrá, además, otros dos postulantes allí. En Necochea, el titular del puerto de Quequén, Ernesto Constanzo logró mantener su postulación y enfrentará a Horacio Tellechea y otros dos postulantes.
La Plata es otros de los distritos donde se dio proliferación de postulantes: hay cinco, entre ellos el actual intendente, Pablo Bruera, de muy tensa relación con el kirchnerismo. Lo contrario ocurre en Bahía Blanca: Christian Breitenstein no tendrá competidores, luego de ser uno de los primeros en anunciar que no quería saber nada con Sergio Massa, pese a ser mencionado como cercano a él. (DIB)
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