Según se pudo saber todo comenzó a las 1.45 de la madrugada, cuando un patrullero en recorrida advirtió el siniestro.
Los esfuerzos de Bomberos y agentes policiales fueron en vano. El edificio (una cabaña de madera) quedó totalmente destruido y en su interior había piezas de aves y animales de la región embalsamados, una costilla de ballena, , distintas serpientes embalsamadas –entre otras cosas-. También se quemó una computadora y un escritorio de una dependencia anexa. Los funcionarios municipales indican que se trataría de un cortocircuito eléctrico. En este sentido, llama la atención que con un manejo de tanto Presupuesto (67 millones de pesos) no se haya colocado un disyuntor en un lugar de tanta historia para los colonenses para prevenir incidentes de este tipo. Sin embargo (a pesar de lo que se trata de explicar) en nuestra ciudad ya se destruyó en forma completa el Museo de la calle 47 y 25, debido a un atentado y el Museo La Palmira sufrió varias veces daños importantes.
Además de estos actos de piromanía hubo en los últimos años una treintena de actos comprobados que fueron iniciados por piromaniacos en casas, edificios públicos y casas particulares.
Sin ir más lejos en la edición del jueves (horas antes del incendio del Jardín Zoológico) Colón Doce ante el incendio injustificado de un fardo de pasto título “ Otra vez el piromaniaco”.
En la misma semana y “por desperfectos eléctricos” se quemó un auto frente a la Comisaría que estaba depositado. ¿Coincidencias o un nuevo ciclo de ataques? El pedido de los concejales
En agosto de 2010, los concejales le realizaron un pedido al Departamento Ejecutivo “En los últimos años varias dependencias municipales han sido objeto de destrozos, robos y otras manifestaciones de vandalismo.
Por citar algunos ejemplos, la Villa Deportiva, ubicada en Bv. 50 y Ruta Nacional N° 8 sufrió robo de material diverso y destrozos por delincuentes que ingresaron violentando la puerta trasera.
Son ya varias la oportunidades en que ocasionan roturas a los vidrios se sus ventanales y hoy vemos como muchos de los mismos están reemplazados por plásticos y/o policarbonato.
El Museo Rancho “La Palmira”, ubicado en calle 38 y 25, ha sido objeto tiempo atrás de destrozos y robo, especialmente del material expuesto en el patio de la misma.
El Museo de la Ciudad, de calle 47 y 26, cuyo reciente robo y posterior incendio violentando la puerta del depósito, da origen a esta nota, ha sufrido en anteriores oportunidades episodios de características similares.
Dado todos estos hechos creemos, y así se lo proponemos al Departamento Ejecutivo a través de una Minuta de Comunicación, que es sumamente necesario designar cuidadores y/o serenos en las distintas dependencias municipales. Esta medida con seguridad evitará futuros hechos delictivos o por lo menos disminuirá sus consecuencias”
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