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29/06/2011
Opinión

Boudou, Mariotto, dos símbolos de lo que vendrá


Por Jorge A. Déboli, director de Informes.. (GEI) – La esperada definición, por parte de la presidenta, tanto de su acompañante de fórmula, como del que acompañará al actual gobernador bonaerense en las elecciones del 23 de octubre, representa el mensaje –multidireccional-, más acabado y contundente, que Cristina pudo haber dado sobre la impronta innovadora y de cambios profundos que caracterizarán a su gobierno en su casi asegurado segundo mandato constitucional....


“Necesito alguien a mi lado que no le tenga miedo a las corporaciones, que no le tenga miedo a los preconceptos y a las cosas establecidas”, disparó Cristina principalmente hacia los cultores del viejo pejotismo que aún sobreviven en los más altos cargos del gobierno nacional, al tiempo que le daba garantías a Sandra, la enfermera del Sanatorio Otamendi que cuando la atendió para ponerle una inyección, luego de su caída imperceptible en el Instituto Leloir.


En esa única oportunidad que Sandra tuvo en su vida de interpelar a la máxima autoridad que rige los destinos del país, le preguntó si ya había decidido a quién nombraría como su compañero de fórmula. Cristina le respondió que "sí" y la enfermera le repreguntó: "¿pero está segura, no?".


Esa seguridad que Cristina trasmitió el sábado por la noche desde la residencia presidencial de Olivos, también estaba dirigida a Sandra y con ella, a todos los argentinos de a pié que, en su devenir cotidiano, palpan objetivamente que el modelo implementado desde el 25 de mayo de 2003, les ha renovado la esperanza de un mejor porvenir, sentido que se venía diluyendo desde la derogación del Estado de Bienestar, allá por junio de 1975 cuando el neoliberalismo implementó el famoso “Rodrigazo”.


Boudou y Mariotto, expresan la representación concreta del modelo de funcionarios que quiere Cristina para su propia gestión de gobierno, y para que los gobernantes provinciales y municipales tomen nota del coraje que requiere este momento histórico de la Argentina para terminar con los gobiernos que las corporaciones impusieron, y a las que siempre sirvieron hasta 2003.


Boudou, cuando era Director del Anses, fue quien le llevó a la presidenta el proyecto de re-estatización de la administración de los fondos de la AFJP, una meca sagrada del neoliberalismo que durante casi dos décadas confiscó (con la figura de una supuesta comisión) una importante parte del aportes previsionales de los trabajadores calculado en más de 40 mil millones de pesos.


La valentía de Mariotto para aplicar la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, básicamente una Ley antimonopólica, que afecta principalmente a uno de los grupos de mayor concentración mediática de la Argentina, no es menor. Sólo bastaría recordar el proyecto de ex senador de la UCR, Ricardo Laferriere sobre “derecho a réplica”, que nunca llegó a tratarse. La osadía del legislador entrerriano le valió el castigo por parte del monopolio haciéndolo desaparecer de los medios y de la actividad política.


La lealtad


Antes de mencionar el nombre de Boudou, Cristina ponderó como uno de los atributos de la persona que la acompañe, la “lealtad a la Presidenta”, y aclaró seguidamente,”no a la persona, separemos las personas, porque se puede estar de acuerdo o no con las personas, pero las instituciones son indiferentes. El respeto se debe a las instituciones y al rol que marca la Constitución”.


Al parecer, el actual vice suyo, Julio Cobos entendió otra cosa, o directamente pretendió subestimar la inteligencia de los que escucharon el mensaje de Cristina, porque inmediatamente de terminado el acto en Olivos, desde Mendoza emitió una declaración tratando de justificar una vez más su voto en contra de la resolución 125, (el proyecto sobre retenciones a las exportaciones de soja), que él mismo había sugerido girar al Congreso Nacional, y que la presidenta en un gesto de generosidad política accedió inmediatamente.


“Estoy tranquilo porque cumplí lealmente con la Constitución Argentina, con los ciudadanía, con el rol de Vicepresidente”, dijo el mendocino sin reconocer que su rol constitucional es de representar al Poder Ejecutivo en el Congreso de la Nación.


Las corporaciones


“Necesito alguien a mi lado que no le tenga miedo a las corporaciones, que no le tenga miedo a los preconceptos y a las cosas establecidas”, dijo la Presidenta, quien destacó la habilidad del ministro para “cambiar cuando el mundo cambia”.


Las corporaciones a las que se refirió la presidenta sin nombrarlas, prontamente acusaron recibo a través de uno de sus habituales voceros oficiosos, el director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, Rosendo Fraga, quien mediante una columna en el diario insignia del establishment vernáculo, el diario La Nación.


En un sorprendente ejercicio de honestidad intelectual, Fraga implícitamente reconoció que “durante el gobierno de Néstor Kirchner, las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica y la Corte Suprema designada durante el gobierno de Carlos Menem”, por entonces, representaban corporaciones. “Con los tres, durante dicho mandato presidencial se libraron batallas de poder político, removiendo la cúpula militar y la Corte y enfrentando a la Iglesia en diversos campos”, dijo el consultor sobre las medidas que tomó el ex presidente al comienzo de su mandato, que le posibilitaron una rápida legitimación popular sobre el escaso 22 por ciento de los votos que había obtenido cuando fue electo en 2003.


Luego, refiriéndose al gobierno de Cristina, Fraga reconoció como corporaciones a las que la presidenta enfrentó “en la disputa con el campo”, luego “con los medios de comunicación”, y también agregó a “grupos empresarios relevantes como Techint”. En ese marco, el titular de la consultora, reconoció en Boudou, “un rol decisivo en los enfrentamientos con los medios privados y con Techint”, desde su lugar en el ministerio de Economía.


Impudicia


En cuanto a Mariotto, Fraga miente cuando dice que “no es una figura conocida en la provincia de Buenos Aires que aporte caudal electoral a Scioli”. Si hubo un funcionario que desde los debates previos a la presentación del proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en el Congreso Nacional, allá por 2008 hasta la fecha, que más apareció en los en los medios, y cosechado buena imagen por su cuestionamiento al sector de los oligopolios mediáticos, justamente ha sido el titular del Afsca.


Luego, cuando el director de Nueva Mayoría dice que, “La elección de ambos no ha sido porque sumen votos, ni porque representen a estructuras políticas o territoriales”, también Fraga falta a la verdad, ya que tanto Boudou como Mariotto construyeron poder territorial, tanto en Capital como en la provincia de Buenos Aires, respectivamente, no con la clásica metodología punteril, sino a partir de la imagen que supieron cultivar a través de su tarea en la función pública.


Finalmente, Fraga da cuenta de sus reales temores y los del stablishment por los cuales trata de complicar las designaciones de ambos candidatos con la estructura tradicional del peronismo: “Lo que la Presidente ha dicho con Boudou y con Mariotto, es que se apresta a ‘profundizar el modelo`, en el cual son características esenciales el enfrentamiento con las llamadas ´corporaciones` y la ´batalla cultural` con los medios de comunicación independientes”.


Todo un reconocimiento del consultor, que anticipa las batallas por venir contra las corporaciones que, a través de sus gerentes gobernaron la Argentina por casi dos décadas desde la recuperación de la Democracia en 1983.


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