“Esta Universidad es una excelente compañera”, dijo Hebe, al tiempo que elogió la figura de Walsh, y afirmó: “Nadie sabe cuántos son ni cómo se llaman mis hijos desaparecidos, porque son de todas y de ellos estamos orgullosas”.
Así, recomendó a los estudiantes: “No tengan temor de hacer un medio. No esperen a que se los dé el Gobierno, rómpanse un poquito el traste y háganlo ustedes”, dijo en el auditorio de la Facultad.
Junto al periodista Víctor Hugo Morales, quien compartió la mesa del homenaje, la decana de la casa de estudios, Florencia Saintout, elogió la presencia de Morales y lanzó una severa crítica al resto del periodismo: “Ante tanto periodista mezquino y mediocre, que esté Víctor Hugo su presencia es un verdadero honor”, dijo.
Y también se refirió a las fuertes críticas realizadas por la ex legisladora porteña e hija del periodista y escritor cuyo nombre lleva el premio entregado, Patricia Walsh, quien había calificado la mención como “patética y poco inteligente”, al tiempo que había asegurado que “elegir a Rodolfo para quedar bien en tiempos de campaña electoral con el oficialismo es pésimo, lamentable, es patético y muy poco inteligente”.
Al respecto, Saintout devolvió: “Respetamos la herencia material y sanguínea de Rodolfo Walsh. Pero también defendemos el derecho de la herencia política y militante, que es del pueblo”. Haciendo una defensa de esa facultad, aseguró que la institución “ha tomado un compromiso ético, político, histórico y científico”.
En tanto, Víctor Hugo justificó el premio a Bonafini y afirmó que “ella era la que le decía a la Argentina y al resto del mundo lo que no querían escuchar, cuando los periodistas no hablaban” y aseguró que “el periodismo no siempre puede decir la verdad”. ”Tengo la conciencia tranquila", afirmó Hebe de Bonafini durante el acto en la sede universitaria, y ante una importante concurrencia de militantes que la respaldaron con cánticos, como única referencia a ese escándalo.
El premio levantó polémica, ya que fue entregado en pleno escándalo por denuncias de corrupción contra los hermanos Sergio y Pablo Schoklender, que administraban la entidad. (DIB)
|