Cuando el jueves 26 de mayo, al filo de la medianoche, dos efectivos de la comisaría 2ª se toparon con un Fiat Duna Weekend en Maipú y Cerrito de Rosario, el conductor agonizaba. Tenía dos balazos: uno en la zona intercostal izquierda y otro en la cabeza, a la altura de la sien. Era Juan Carlos Capriotti, de 55 años y un nombre en el mundo del delito. En el departamento Constitución se lo reconocía como Carlos. Su prontuario, abierto en octubre de 1972, acumulaba 22 antecedentes y dos pedidos de captura judicial: uno por una causa por drogas de 2009 y otra de diciembre del año pasado por un robo calificado y tentativa de homicidio.
Para los pesquisas rosarinos, Capriotti era parte de una banda de Villa Gobernador Gálvez cuyos miembros, vestidos con ropas y chalecos similares a los que utiliza la policía, había intentado robar esa noche un bar en San Martín al 2000. La llegada de un móvil del Comando Radioeléc- trico no sólo frustró el atraco sino que terminó en una balacera en la que, según la investigación, Capriotti participó y resultó herido. Si bien huyó en el Duna blanco, malherido, según el acta policial tomó su pistola calibre 9 milímetros cromada y se voló la tapa de los sesos. El saldo del incidente arrojó además cinco detenciones, entre ellos las de un ex agente policial y una mujer embarazada de ocho meses. Además, fueron incautados dos autos, cuatro armas de fuego, dos chalecos robados a la policía santafesina y municiones (ver vehículos robados).
Peso pesado.
"Carlos era un pistolero. Si se sentía jugado, se cagaba a tiros", recordó un empleado de la Unidad Regional VI, donde Capriotti construyó su prontuario. "En el pueblo (Sargento Cabral, departamento Constitución) están todos indignados porque hace lo que quiere. Está tan confiado, que patrocina un equipo de papi fútbol con el nombre Autopartes Capriotti. Incluso, la chata que tiene lleva una inscripción que dice Los pibes choros", señaló el fallo del juez de Sentencia Luis Giraudo que en julio de 2006 condenó a Capriotti a diez años de prisión por liderar una banda de ladrones de autos.
Si bien lo juzgaron por cinco robos de autos, los pesquisas estimaban que la banda había levantado más de un centenar de Fiat Uno y Duna en la región. La punta del ovillo que terminó con el negocio montado por Capriotti fue el relevo de los ocho policías (es decir todos) que en enero de 2003 trabajaban en la comisaría de Sargento Cabral, donde estaba la base de operaciones del grupo que levantaba Fiat Duna y Uno desde Rosario hasta San Nicolás.
Una de las víctimas de esos robos, residente en Fighiera, había denunciado que un vigilante de Cabral lo había coimeado para devolverle su auto sustraído en Arroyo Seco. Capriotti iba a cumplir 56 años el próximo 31 de julio. Chapero de oficio su prontuario fue abierto en Constitución bajo la gestión de facto de Alejandro Lanusse y su carrera delictiva transcurrió durante el mandato de 18 presidentes argentinos. Hasta el 21 de enero de 1986, cuando quedó asentado un antecedente por un robo calificado y privación ilegítima de la libertad en la localidad de Máximo Paz, su prontuario no tenía hechos sobresalientes.
Robo de autos.
En enero de 2003 el plantel completo de la comisaría 7ª de Sargento Cabral, a 75 kilómetros al sur de Rosario, fue removido por supuesta extorsión. Entonces el cerco se estrechó sobre Carlos Capriotti, quien residía en el pueblo.
A fines de diciembre de 2002 un vecino de Fighiera sufrió el robo de su Fiat Duna en Arroyo Seco. Un día después del robo recibió un llamado en la casa de su padre donde una voz masculina le ofrecía recuperar el auto a cambio de 400 pesos. El teléfono del padre de la víctima tenía un iden- tificador de llamadas, así que con el número en la mano pudo establecer que la comunicación había sido realizada desde una cabina pública de Cabral, donde viven unos 3 mil vecinos. La víctima llegó al pueblo, fue a la cabina, llamó a la casa de su padre y el número que quedó registrado era el mismo que el de la estafa. A dos días de haber estado en Cabral, desde la 7ª lo llamaron para avisarle que su Duna había sido hallado. Pero ya era tarde, la víctima denunció el hecho y la jueza de Instrucción María Luisa Pérez Vara ordenó dos allana-mientos en el pueblo ubicado sobre la ruta provincial 90, a 50 kilómetros de la ciudad bonaerense de Pergamino.
El rey del repuesto.
Ya tenía sobre su espalda una causa por robo calificado de automotor en Pergamino, lo que motivó un pedido de captura de la bonaerense. Capriotti no estaba, pero de su casa se cargaron "tres veces las pick up de la comisaría" con autopartes sin documentación ni procedencia, parte del desguace de autos robados. En su vivienda y en otro taller del pueblo hallaron unos dos mil repuestos y autopartes de Fiat Duna y Uno. También encontraron dos obleas de GNC de un Fiat 147 y un Duna robados en Rosario. En enero de 2003 Capriotti cometió un error garrafal: tomó un remís en San Nicolás y pidió que lo llevaran hasta Sargento Cabral. A mitad de camino cambió de opinión, sacó el bufoso y robó el auto. El remisero lo reconoció en un álbum fotográfico policial. Un mes más tarde, febrero de 2003, el juez Juan José Pazos ordenó la detención de seis personas. Gabriel Piripincho Lezcano y Omar Gerk fueron detenidos en Coronel Bogado. Horas antes habían sido apresados en Sargento Cabral Esteban Chucky A., Juan M. y Darío B.. El último fue Capriotti, capturado en la esquina de la casa de su madre, en Villa Constitución. Para esa época un artículo del semanario Colon Doce mentaba a Capriotti como ícono del delito zonal, por sobre todo el robo de autos.
Capriotti fue condenado a 10 años de cárcel, mientras que Gerk y Lezcano a 5. Para los tres involucrados restantes, la pena fue de 2 años y medio de ejecución condicional. El juez no pudo probar el delito de asociación ilícita, aunque sí "tareas coordinadas verticalmente", según el fallo, liderados por el hombre que circulaba en una camioneta que tenía una calco de Los pibes choros. En enero de 2009 su nombre sonó en una causa por infracción a la ley de estupefacientes en Villa, por la que le quedó un pedido de captura emanado del Juzgado Federal 2 de Rosario.
En noviembre pasado su nombre volvió a resonar en la investigación del espectacular robo en banda al centro de compras "Ciribe", ubicado en el kilómetro 2 de la ruta nacional 177 (Chapuy), de Villa. Aunque la pesquisa no avanzó. Su último antecedente, y captura activa, es por una tentativa de robo calificado, privación ilegítima de la libertad y tentativa de homicidio de diciembre pasado en jurisdicción de la Unidad Regional de Villa Constitución. Para aquellos que crean en la buena vida de los hombres ligados al mundo del hampa, el cuerpo de Capriotti fue retirado del Instituto Médico Legal sin levantar polvareda. De ahí fue llevado a la cochería Santa Fe de Villa Constitución y tras una ceremonia íntima, sepultado en el cementerio municipal. (Datos La Capital)
VEHÍCULOS ROBADOS
Los lugares sospechosos en la zona (Publicado por Colón Doce el 12 de febrero de 2003)La desaparición de una camión Mercedes Benz estacionado en calle 12 entre 49 y 50, trajo de regreso un delito que aparece por períodos en nuestra ciudad: la sustracción de autos y camiones. Rápidamente la policía colonense comenzó una investigación y "llamó" a distintas comisarías para que tengan vigilados algunos de los lugares sospechados de reducir este tipo de mercadería ilícita. El vehículo sustraído había sido observado por un testigo dirigirse por la Ruta 8 en dirección a Pergamino. Un oficial de nuestra ciudad, realizó tareas de inteligencia durante una jornada en la vecina ciudad. Con datos precisos vigiló uno de los "presuntos desarmaderos ilegales" y que los uniformados sospechan que "compran" camiones.
Los datos aunque precisos no alcanzaron, debido a que no se pudieron obtener pruebas para pedir la orden de allanamiento a la justicia pergaminense. El comisario Mario Laguna (titular interino de la Comisaría de Colón), además llamó a dos delegaciones de la policía de Santa Fe, para que mantengan vigilados sendos lugares en Villa Constitución y Villa Cañas. Paradójicamente, en la misma jornada en Villa Constitución estallaba un escándalo policial por el robo y comercialización de autos robados en esa ciudad. La banda desbaratada asolaba el norte bonaerense y el sur santafesino y se dedicaba solamente al robo de Fiat Duna y Uno.
Se presume, por las primeras declaraciones de los imputados que el total de víctimas alcanzarían a 200. En los últimos seis meses solamente en Rosario la banda, habría robado en jurisdicción de tres seccionales, un centenar de automóviles Fiat Uno y Duna. En este último dato, recordar que el robo calificado a Graneros y Elevadores Argentinos se realizó en un Fiat Duna, robado en Rosario y la policía sospechaba que parte de la banda era de Villa Constitución. En el caso de esta última ciudad los autos eran desguazados y las autopartes comercializadas a bajo precio. El jefe de la banda es un conocido delincuente de la región, identificado como Juan Capriotti.
En allanamientos realizados la semana pasada, en la casa de Capriotti y en un taller mecánico de Sargento Cabral, la policía encontró unos dos mil repuestos y autopartes de vehículos Fiat Uno y Duna. El tema es más grave. Los delincuentes actuarían en convivencia con efectivos policiales y eso es lo que investiga ahora la propia policía santafesina. Cabe destacar, que los jefes de la comisaría de Sargento Cabral cerca de Villa Constitución fueron puestos en disponibilidad. Por otra parte, una fuente importante dijo a Colón Doce que existen enormes sospechas que autos robados en ciudades del norte bonaerense sean llevados a lugares específicos ubicados en Villa Cañas. También se sospecharía de convivencia en estos lugares entre policías y ladrones. Por último, en los dos robos de camionetas Ford F 100, ocurridos en el año 2002, en pleno centro de Colón, existen otros datos. La documentación de una de ellas apareció cerca de "Las Parejas". Una de las hipótesis es que podrían haber sido llevadas a una población santafesina que se llama Frontera.
La localidad es lindante con la provincia de Córdoba y se transformó en una especie de "zona libre" para comercializar mercadería robada por "piratas del asfalto" (medicamentos, fertilizantes, herbicidas) y vehículos robados (autos, motos y camiones). Las conexiones de los delincuentes con otras ciudades como Rafaela y Las Parejas, serían muy aceitadas. Por último otra "zona caliente" sería Rojas. En el 2001 se secuestraron en diversos allanamientos más de 20 vehículos de origen ilícitos.
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