El Tribunal Oral en lo Federal 6 hizo lugar hoy a un pedido formulado por al fiscal Martín Niklison y el abogado Alejo Ramos Padilla, representante de un grupo de Abuelas de Plaza de Mayo, quienes reclamaron el testimonio del prelado en base a los dichos de Estela de la Cuadra, quien narró que lo entrevistó para que intercediese en la búsqueda de su sobrina nacida en un centro clandestino de detención.
Apenas iniciada una nueva audiencia del proceso que se sigue a varios represores, encabezados por los ex dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone, la presidenta del Tribunal anunció que se le librará oficio a Bergoglio “para que manifieste si se presentará ante el tribunal o declarará en los términos previstos en el artículo 250” del Código Procesal.
Esa norma establece que “no estarán obligados a comparecer” a las audiencias orales y públicas ciertos determinados funcionarios nacionales y provinciales y a los “altos dignatarios de la iglesia”, quienes podrán hacerlo por escrito a tenor de un “pliego” de preguntas que quieran hacerle las partes.
También pueden hacerlo, según la misma norma legal, en su “residencia oficial” donde los jueces “se trasladarán”, tal como ocurrió cuando Bergoglio declaró en la “megacausa ESMA” cuando los magistrados y las partes concurrieron a su despacho en el Episcopado.
De la Cuadra, hija de una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, Alicia "Licha" de la Cuadra, fallecida en 2008, recordó que vio a su hermana un mes antes del secuestro y ella le dijo que quería ponerle Ana a la beba que esperaba.
"Es la tercera vez que lo pido ante un tribunal: ¿lo vamos a citar para que declare o no lo vamos a citar para que declare?" a Bergoglio, preguntó la testigo al Tribunal tras recordar que nunca supo nada de su sobrina nacida el 16 de junio de 1977 en la comisaría 5ta. de La Plata.
Estela de la Cuadra relató las gestiones de su madre ante el cardenal para localizar a su hermana y su sobrina nacida en cautiverio.
“A través de una autoridad jesuita de Italia mi mamá y mi papá consiguieron audiencia con Jorge Bergoglio, entonces provincial jesuita de Buenos Aires. Bergoglio les da una carta donde les dice que el obispo de La Plata Mario Piqui iba a interceder en el caso”, señaló.
Luego, Piqui se entrevistó con las autoridades policiales y les trasmitió que la bebé estaba en poder de “un matrimonio bien” y que ya no había “vuelta atrás”.
En noviembre del año pasado, Bergoglio declaró ante la Justicia por el secuestro de dos sacerdotes que trabajaban en el Bajo Flores, en el marco del juicio por la "megacausa ESMA".
Al término de su declaración, que se realizó en su despacho de la Catedral Metropolitana, el abogado querellante en la causa, Luis Zamora, afirmó que "nos mintió, no tengo ninguna duda. Cuando alguien es reticente está mintiendo, está ocultando parte de la verdad".
"No pudo justificar las razones por las cuales esos dos sacerdotes habían quedado en el desamparo. No pudo explicar el conflicto que se había formado con esos dos sacerdotes", agregó.
En esta oportunidad, el nombre del cardenal fue mencionado por la testigo María Elena Funes, una catequista que trabajó con los sacerdotes tercermundistas Orlando Dorio y Francisco Yanis, quienes fueron secuestrados, cuando el actual prelado se desempeñaba como Principal de la Compañía de Jesús.
Según los dichos de la testigo, el actual arzobispo recomendó mediante un informe que ni Yorio ni Yañis fueran aceptados en la Diócesis de Morón, adónde la jerarquía eclesiástica tenía la intención de trasladarlos y "a partir de ese momento quedaron sin ningún tipo de respaldo oficial".
Durante los seis meses que permanecieron en cautiverio, los religiosos fueron sometidos a torturas, según los testigos.
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