Cuando estuvieron frente a él lo golpearon y hasta amenazaron con prenderle fuego a la vivienda cuando el hombre y sus familiares estaban maniatados. La odisea recién finalizó cuando los malhechores se marcharon con los 62 mil pesos y 500 dólares que guardaba en la propiedad. Para esfumarse los ladrones aprovecharon una de las camionetas del chacarero. El vehículo apareció el lunes en un campo de Wheelwright, a unos 45 kilómetros de Bigand, pero los asaltantes hasta anoche no habían sido localizados.
El campo de Alvicini está a unos siete kilómetros de Bigand, en el límite con Alcorta y Bombal. Es una zona rural próspera y desolada: la vivienda más cercana está a unos 1.500 metros. El productor sigue una tradición familiar: el abuelo y el padre trabajaron el campo que él heredó. El domingo transcurrió con normalidad. Alvicini y su esposa fueron los anfitriones de la hija de la pareja y las nietas. Compartieron el almuerzo y, en el atardecer, la chica se marchó con su esposo y las nenas en una camioneta Hilux. Ya había oscurecido y el chacarero tenía una tarea pendiente. Se subió a su pick Ford modelo 96 y se dirigió a otro campo que alquila, situado a tres kilómetros, para cerrar un molino, donde cría ganado.
Realizó el trabajo y unos 20 minutos después regresó al establecimiento de Bigand. Apenas llegó, los alaridos incesantes de su perro le despertaron intriga. "Pero como estaban trabajando en otro campo con una cosechadora pensé que el perro ladraba por eso", comentó Alvicini con grato tono campechano El hombre estacionó la pick up en uno de los galpones y apenas se bajó se topó con tres jóvenes armados, con sus rostros cubiertos con capuchas. Ya hacía un rato que esperaban el momento para actuar escondidos en el lugar donde el productor guarda implementos agrícolas y dos camionetas: una Ford Ranger 2010 y una Ford F-100 del año 2006.
"Vamos para adentro", le dijeron, amenazándolo con los caños de las armas. Su esposa, en la vivienda, estaba ajena a lo que ocurría. Una vez adentro, los ladrones exigieron dinero y, a pesar de la intimidación, el chacarero se animó a interpelarlos. ¿Quieren plata?, les preguntó, y entonces les ofreció los 2.200 pesos que tenía encima.
A los ladrones el efectivo le pareció irrisorio y por eso le propinaron una fuerte cachetada y pidieron más. Resignado, el chacarero fue en búsqueda de los 25 mil pesos que atesoraba en un armario. "Puede parecer mucha plata, pero estamos en tiempo de cosecha y a veces tenemos a mano dinero para el combustible de los tractores que trabajan todo el día", explicó Alvicini.
Esa plata tampco dejó conformes a los visitantes. "Los tipos me dijeron que sabían que tenía dólares. Les contesté que no tenía un solo dólar y que les había dado todo lo que había. Ellos me dijeron: "Vamos a recorrer toda la casa y si aparecen dólares te matamos". Empezaron a dar vuelta todo y ocurrió algo que yo no sabía: encontraron 500 dólares. Se enfurecieron y me dijeron: "te vamos a reventar por mentiroso", pero mi mujer me salvó porque dijo: "No les mintió. Esa es plata que yo guardó para mis nietos, sin que él supiera".
Maniatados
Los ladrones siguieron vaciando armarios y baúles hasta encontrar un paño con piezas de oro. "Eran viejos recuerdos de familia. Fue impresionante cómo actuaron: descartaron toda la porquería y se llevaron las piezas valiosas. Parecían joyeros los hijos de una gran puta", exclamó Jorge. Los intrusos recorrieron cada rincón de la propiedad hasta que encontraron 34 mil pesos que el dueño de casa había destinado para realizar un negocio. "Fue casual, nunca tengo toda esa plata en casa", comentó.
En medio del atraco, Iván, el hijo de 37 años del chacarero, llegó a la vivienda acompañado por un peón, un muchacho de contextura robusta. Los asaltantes los dominaron. "Nos empezaron a decir que se querían irse en la camioneta Hilux. Eso me dio la pauta de que habían estado un buen rato en el galpón. Yo no tengo esa marca, pero sí mi hija, que había estado de visita poco antes de que yo llegara", comentó.
En ese momento comenzó la secuencia más dramática "Nos llevaron al baño Entraron cuatro sillas Nos pusieron a mi mujer y a mí mirando contra una pared y nos ataron con sábanas con nudos muy firmes A mi hijo y al empleado los sentaron mirando para el lado opuesto" explicó Antes de que se fueran ocurrió una situación que acrecentó la angustia "Los escuché decir que buscaban un encendedor para prender fuego a la casa Me desesperé porque estábamos inmóviles" se lamentó Los maleantes no concretaron la amenaza y se marcharon.
Fueron a uno de los galpones y Subieron a la Ranger, pero se percataron de que tenía poco combustible y desaparecieron en la Ford F-100 que tenía el tanque completo. El chacarero, sus familiares y el peón quedaron maniatados y zafaron de las ataduras cuando el empleado se tiró al suelo y a dentelladas persistentes logró deshacer el nudo que sujetaba a Iván.
La Ford F-100 apareció el lunes a la mañana, abandonada en un campo de Wheelwright cuyo dueño la descubrió al ir "a cosechar". "Para meterse, rompieron la tranquera", explicó (La Capital)
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