(GEI) -A principios de 2010, ciudadanos de Bartolomé Bavio, localidad del partido de Magdalena, provincia de Buenos Aires, se acercaron al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) consultando sobre posibles alternativas tecnológicas para poner en marcha el servicio ferroviario, transporte perdido décadas atrás en los pueblos de Argentina. A partir de este pedido, comenzó un análisis acerca de la situación actual de este sistema de transporte y se investigaron los antecedentes nacionales e internacionales de soluciones tecnológicas para este tipo de problemas.
Así, surgió un proyecto del INTI en conjunto con la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF), que tiene como objetivo revertir los procesos de despoblamiento y ruina de las economías regionales, que se produjo como consecuencia del cierre de numerosos ramales de trenes, a través del transporte de pasajeros y la actividad productiva.
De este modo, además se prevé utilizar los predios de las estaciones que se encuentran en desuso, para realizar en sus edificios actividades de comercialización, o acciones culturales y recreativas para los vecinos. Es por ello que desde el Instituto se sostienen que “lo que se propone no es un vehículo solamente, sino un sistema de integración territorial”.
La oferta es la creación un sistema de transporte basado en vehículos biviales, a través del Programa de Extensión Social y Territorial y el Centro de Mecánica.
Estos vehículos, pueden circular tanto por vías férreas como asfálticas. Permitiendo el acceso a lugares donde los caminos actuales no lo permiten y ampliando la posibilidad de llevar productos o servicios. “Esta propuesta tiene que ver con que nosotros estamos convencidos, porque hemos visto el vehículo funcionando, no estamos hablando de algo que no existe, sino de una solución que se ha implementado en otros países que no remplaza al ferrocarril, este es un medio alternativo y tiene otras capacidades”, describió el Ingeniero del INTI, Mariano Fernández Soler en diálogo con Informes.
Por su parte, la Municipalidad de Magdalena también se comprometió con el proyecto y está trabajando con el Instituto para la realización de la prueba piloto del sistema sobre el tramo ferroviario que abarca las localidades de Magdalena, Bartolomé Bavio, Arditi, Payró y Vieytes. Se espera que el caso de Magdalena sirva de ejemplo a otras zonas del interior bonaerense, ya que algunas localidades están conectadas por caminos rurales de tierra, sin colectivos que vayan de un pueblo a otro.
Descripciones técnicas
“Los vehículos biviales existen desde hace muchísimos años. Hay antecedentes de su utilización en muchos lugares, pero tal vez el más importante sea el que funciona en Japón desde 2007” explicó Fernández Soler. Asimismo, postuló que pretenden activar un ramal con el desarrollo de un vehículo que puede solucionar el problema de conectividad.
Por el momento, el INTI gestiona los recursos para poder construir un prototipo y desarrollar la experiencia piloto en Magdalena. Si funciona, conectará a los centros urbanos más grandes y en un trayecto más extenso, que en una primera etapa podría alcanzar desde Pipinas a La Plata, lo que permitiría recuperar un ramal que tiene una extensión de 115 kilómetros.
“Nosotros queremos hacer una prueba piloto con el partido de Magdalena hoy, porque es con quien se ha hecho el convenio. Esa prueba piloto incluye arreglar el ramal, probar el vehículo, convertir ese vehículo en uno de pasajeros, probarlo en el marco, desarrollar todos los trámites y las cuestiones normativas, homologarlo, verificar que sea seguro, es un trabajo arduo”. Además, Fernández Soler destacó que el nuevo vehículo “involucra a la actividad productiva local con la posibilidad de brindar servicios a comunidades que hoy se encuentran en muchos casos aisladas”, lo que genera otro camino por recorrer.
El proyecto busca aprovechar las condiciones y recursos que están disponibles: una red ferroviaria que se encuentra en mal estado de conservación y desaprovechada en términos de su potencial; y disposición de caminos y vías tendientes a una forma radial con centro en Buenos Aires.
Los dúo móviles pueden circular acoplados sobre los trayectos ferroviarios, y cada uno de éstos en forma autónoma sobre la ruta, como vehículos viales convencionales.
Esta capacidad permite alcanzar lugares inaccesibles desde el modo ferroviario, como ciudades a las que el ramal no llega. Otros beneficios son la posibilidad de recolectar carga con cada unidad y concentrar los vehículos en un punto común (estación), desde donde se acoplan y parten como formación, además de economizar combustible.
Cuenta además con la posibilidad de agregar módulos intercambiables que permiten transportar distintos productos y módulos de equipamiento social tales como consultorios médicos o bibliotecas móviles, entre otros.
Los diseños técnicos del vehículo se encuentran en desarrollo y se está gestionando la financiación necesaria para la construcción de prototipos y pruebas pilotos. El monto estimado de inversión es de de siete millones de pesos, el cual incluye la construcción de dos prototipos (uno de carga con tres módulos y uno para pasajeros), el acondicionamiento de las vías existentes en el ramal y dos años de financiamiento para la puesta en marcha experimental.
Propuesta integral
La propuesta tiene como objetivo revertir los procesos de despoblamiento y ruina de las economías regionales que se produjo como consecuencia del cierre de numerosos ramales de trenes. “Hace un año y medio que venimos yendo a los distintos pueblos y hemos charlado con mucha gente, presentado más formalmente el proyecto. En general las respuestas han sido buenas, la gente quiere que el tema se solucione. Para una persona que tiene que pagar $100 para hacer 20 km e ir a ver un médico, es necesario un medio de transporte alternativo; no importa si vuela o va por el agua” destacó el impulsor del proyecto a Informes.
De este modo se busca devolver el rol integrador de los transportes, optimizando las ventajas de ambos sistemas -férreo y pavimento-, principalmente en términos de flexibilidad, integración territorial y seguridad. La clausura de ramales dejó como saldo un número aproximado de 1.200 pueblos que se transformaron en zonas fantasmales con consecuencias complejas como la migración a zonas urbanas, la falta de aprovisionamiento o costos excesivos de alimentos, la dificultad de acceso a la salud, la pérdida o deterioro de lazos sociales, la concentración de centros de consumo, en síntesis, la desintegración territorial.
En este contexto, y a pesar de los numerosos intentos por implementar servicios ferroviarios regulares, aún no se ha podido definir un sistema de transporte férreo que satisfaga las necesidades de la población. Se prevé que este transporte pueda ser una solución para las municipalidades, las cuales se enfrentan con los altos costos operativos de las líneas locales.
“No es un tren sojero, no es una formación para 1.500 pasajeros es un vehículo que tiende a volver a reconectar pueblos rurales que hoy no generan tráfico porque muchos están en riesgo de desaparición. Entonces en definitiva nosotros lo que queremos es reutilizar los ramales con estos vehículos y además hacer actividades productivas y llevar atención social a los distintos lugares”, concluyó el Ingeniero del INTI Mariano Fernández Soler.
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