Tan sólo convirtió 9 goles, o sea un gol cada partido pero también recibió solamente 4 tantos. J.J López pensó, piensa y pensará en armar a su conjunto de atrás hacia delante. Por más que reciba críticas hasta acá está cumpliendo su objetivo. Si lo dijo hasta su propio presidente, Daniel Passarella: “salimos de terapia para pasar a una sala común”.
La otra cara es Boca. Semana agitada. Empate frente a Tigre 3 a 3. Quince años después un jugador le volvió a marcar un hat-trick en su estadio. Vaya paradoja. El último había sido un ídolo de la casa, Guillermo Barros Schelotto. Post partido declaraciones cruzadas.
El vice-presidente Beraldi apuntó y disparó contra los jugadores: “el que no se adapte deberá irse. Hay jugadores que no entendieron que están en Boca”. Apoyó a Falcioni quien a su vez tiró una frase: “Boca necesita refuerzos”.
Esas palabras retumbaron y sorprendieron porque se armó un equipo con jugadores de renombre y hace tiempo se viene gastando millones. Fueron 150 millones en los últimos dos años entre players y cuerpos técnicos.
Y para colmo de males Palermo sigue sin meter un gol, quiebra rachas negativas y Riquelme sufrió un desgarro en la zona abdominal. Baja por varias semanas. Boca está a tiempo de dar un cambio a su pobre presente. De lo contrario en un futuro sufrirá las consecuencias.
Por ahora el mejor que juega es Vélez. Tanto en la Copa Libertadores como el torneo local. Y tiene material para ilusionarse. También técnico. La única duda es saber si el desgaste físico le pasará algún impuesto.
El más ganador de la fecha resultó Racing. Se llevó el clásico con total justicia. Fue amplio en todos los sectores de la cancha ante un Independiente anémico de ideas, de juego y de actitud. La “Academia” perdió cuatro partidos y no se bajó de la lucha.
En la lucha de abajo hay dos que vienen camino a ser la revelación del torneo. Olimpo y All Boys ganan y sueñan con zafar de todo. Huracán y Gimnasia parecen condenados al infierno. Quilmes no pierde las esperanzas.
Cualquiera le puede ganar a cualquiera. Y todavía falta la mitad del recorrido. Por eso el final sigue incierto.
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