El juez federal 1 de la ciudad de Santa Fe, Reinaldo Rodríguez, hizo lugar a una petición del fiscal subrogante Patricio Longo, realizada ante el deseo de la jóven de realizar el cambio y que estaba trabado en el Registro Nacional de las Personas, informaronfuentes tribunalicias.
El fiscal solicitó el mes pasado que se considere los deseos de Guallane, quien realmente nació el 13 de diciembre de 1975, en Rosario, pero por decisión del juez de menores de la dictadura, Luis Vera Candioti -quien se encuentra procesado- fue anotada el 4 de abril de 1976, es decir casi cinco meses después.
María Carolina es la hija de Blanca Zapata y Enrique Cortassa, quienes fueron asesinados en 1977 en una casa de la zona norte de esta capital santafesina, y el 13 de mayo del mismo año, la familia Guallane, de Venado Tuerto, la adoptó de buena fe, situación que siempre corroboró la joven, quien hoy es abogada y es madre de un pequeño hijo.
El fiscal Longo planteó el reclamo a través de la causa acumulada que investiga crímenes de lesa humanidad en Santa Fe y en la que está procesado el ex juez de menores Luis Vera Candioti que, ya en democracia, se desempeñó como fiscal de primera instancia.
El juez federal Rodríguez hizo suyo los argumentos del representante del Ministerio Público y ratificó en todos sus términos la presentación del fiscal y resolvió que se declare judicialmente que el nacimiento de María Carolina Guallane (nacida como Paula Cortassa) sea registrado como el 13 de diciembre de 1975 y también dispone la rectificación del Acta 425, Folio 115 del Tomo II del registro Civil de la ciudad de Venado Tuerto.
En declaraciones , María Carolina dijo estar "muy conforme" con la decisión del juez, resaltó que durante muchos años no me fue fácil hablar del tema, tuve años difíciles psicológicamente, y agregó que cuando me presenté en el Juzgado de Menores en 1995 tenía entre 18 y 19 años y quería empezar a saber más de mi, recién a los 22 encontré a mi familia biológica".
Lo mío fue algo que surgió de manera natural. Eran todas asociaciones por la edad que tenía, porque el tema se hablaba en el colegio, por cosas que no me cerraban sobre el fallecimiento de mis padres biológicos. Sabía que era adoptada pero no sabía el destino de ellos. Mis padres adoptivos tampoco sabían la verdad, me adoptaron de manera legal pero recibieron un paquetito que no sabían de donde venía, indicó.
Al principio me negué en conocer a mi familia biológica, pero después aparecieron preguntas y cosas que tienen que ver con uno, con el origen. Pero después, con el apoyo incondicional de mis padres adoptivos rastreamos, encontré muchas verdades y montañas de mentiras. Hoy, la justicia es lenta, pero va bien, puntualizó finalmente (Telam)
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