El trabajo, que fue realizado por la Secretaría de Derechos Humanos, abarcó a 1.009 encuestados de Bahía Blanca, Mar del Plata, de tres distritos del interior y otros municipios del conurbano bonaerense. De acuerdo al estudio al que accedió DIB, el 28,8 por ciento de los bonaerenses presenció algún acto de discriminación relacionado al color de piel.
Mientras que el 27,5 por ciento vio casos relacionados con personas procedentes de países limítrofes, el 21,2 por ciento con gente de clase baja. También el aspecto físico, el sobrepeso, la discapacidad y la orientación sexual aparecen en la encuesta como casos destacados.
En base a estos resultados, el subsecretario de Derechos Humanos bonaerense, Fernando Cano, consideró que el estudio “será una herramienta para diseñar políticas públicas, para los académicos, y para los militantes”.
Cano afirmó que el trabajo estadístico, que se presentará oficialmente mañana, “es una herramienta que generó la Secretaría para que el Estado provincial tenga un mapa de la discriminación que permita diseñar políticas públicas, basadas en criterios científicos”. Además, agregó que el trabajo será un insumo pertinente para todos los académicos que se ocupen de este tema.
El estudio también reveló que la respuesta más común ante una situación de discriminación es la indiferencia, según el 74 por ciento de los encuestados. En tanto, sólo el 14,4 por ciento cree que se reprueba la acción y el 5,5 por ciento opinó que se interviene activamente contra el agresor. No obstante, un 49,7 por ciento de la población dijo que le da mucha importancia a la discriminación; el 34,1, mediana importancia; el 10,6 baja y el 3,5 por ciento nula o ninguna.
Respecto de los grupos vulnerables, las conclusiones del estudio destacan que “aunque todavía pesan prejuicios extendidos, las mujeres, las minorías sexuales, los pobres, los indígenas, los discapacitados, los jóvenes y los adultos mayores no cuentan con corrientes de opinión desfavorables que puedan convertirlos en blancos de discriminación”.
“El clima de rechazo a la discriminación de esos grupos es muy marcado", sostuvo la Secretaría que señaló que "es muy distinta la situación de los extranjeros y especialmente de los delincuentes, claramente rechazados en la opinión dominante y probables blancos de una discriminación persistente”. En ese sentido y ante la pregunta: "¿a quién no quisiera tener como vecino de su casa?", las repuestas se orientaron mayoritariamente a vendedores de drogas (33,6 por ciento), usuarios de drogas (29,1) y a barrabravas o personas violentas (17,3 por ciento).
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