Solís, en conferencia de prensa junto al secretario Lorenzo Basso, detalló la metodología utilizada por el Ministerio de Agricultura para realizar sus mediciones.
Descartó, por otra parte, problemas con la comercialización del trigo, tras destacar que para ese grano y el maíz "se mantiene una política de Estado para preservar el consumo interno".
Solís recordó que esa política abarca a las cadenas productivas en que están involucrados esos granos, a la vez que negó que haya trabas para la exportación.
"Cuando recorro al interior les digo a los productores que declaren la totalidad de su existencias, porque todo el excedente se abre automáticamente a la exportación", sostuvo el funcionario.
Explicó luego que "los productores de trigo tienen, como opción, la posibilidad de obtener créditos a tasa cero para evitar la venta por debajo del precio Fas teórico".
Solís admitió que "sabemos que los productores lo que quieren es vender su producción", pero explicó que hoy "la exportación agotó su capacidad de compra, mientras la industria procesadora local tiene momentáneamente problemas de caja".
Esta última situación, aclaró, se vincula a la disolución de la ex ONCCA (Oficina Nacional de Control del Comercio Agropecuario), que complicó el pago de compensaciones a la
molinería.
"Además, hay que considerar que los molinos han tenido que aumentar considerablemente su capital de trabajo, como consecuencia de la fuerte suba que experimentaron los precios de los commodities", dijo Solís.
El subsecretario evaluó, de todos modos, que "los problemas de los productores de trigo no son de rentabilidad", e insistió en que "queremos que los productores ganen plata, y para eso el Ministerio les da todas las herramientas para ser competitivos".
Con respecto a los datos de la campaña a punto de concluir, Solis reiteró que se esperan 44,4 millones de toneladas de cereales (incluidos 20,8 millones de maíz; 14,7 de trigo; y 2,9 de cebada).
Esa cifra es prácticamente el doble que las 22,5 millones de toneladas registradas en 1990/1991 y supera ampliamente a las 36,6 millones de 2000/2001.
En oleaginosas, en tanto, se prevé recolectar 53,8 millones de toneladas (la mayor parte, soja, con 50 millones; y 3,7 millones de girasol).
El salto en esta materia es muy superior, frente a los 30,1 millones de toneladas de 2000/2001 y a los 15,3 millones de 1990/91).
Las 2,3 millones de toneladas de otros cultivos incluyen principalmente al algodón (1,2 millón), lo que se explica por la mayor superficie sembrada en este ciclo.
Tras ratificar esas cifras, el subsecretario Solís explicó que el Ministerio prevé incorporar nuevas delegaciones para capturas de datos de cultivos industriales, frutas y hortalizas.
Defendió luego las estimaciones oficiales, que se realizan a partir de imágenes satelitales, encuestas e informantes calificados (productores, comercializadores, firmas acopiadoras, cooperativas, distribuidores de agroquímicos y semillas, extensionistas del INTA, etc).
También se captan datos de exportadoras e industrializadoras, del servicio meteorológico y se determinan áreas sembradas mediante la utilización de sensores remotos, explicó el subsecretario.
La verificación de esos datos se completa con métodos de puntos de muestras aleatorios y los resultados se vuelcan en informes semanales y mensuales.
Solis sostuvo por último que esa metodología se ha ido perfeccionando en las últimas campañas, en consulta con distintas entidades del sector privado, lo que permite ratificar la validez de los pronósticos. (DIB)
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