El referirse a lo sucedido en el país oriental, Claudio recuerda que "en el Mundial del 2002 estuvimos 33 días. Vivimos en Fukushima haciendo base en Iwaki, que era la ciudad más cercana o mejor dicho la estación de trenes más cercana donde paraba la Selección Argentina dirigida por Bielsa.
Ellos estaban en el centro de alto rendimiento japonés. La ciudad tenía todas las características del interior. Lo más grande cercano era Sendai, lugar que no nos trae buenos recuerdos porque ahí quedamos eliminados con Suecia. Recuerdo que no tenía el frenesí ni modernidad de Tokio. Mirar las fotos satelitales de Iñaki me dio un escozor porque estuvimos veinte días viviendo ahí. Dejamos muchos amigos. Ese lugar fue arrasado. Todas las construcciones son de maderas….
¿No están construidas para los terremotos?
Sí, lo de cemento si es antisísmico. Pero la gente vive en casas de madera. Es una tradición de los japoneses. Ellos tienen menos problemas con las mismas porque tienen menos vibración las cuales suceden casi todos los días. Recuerdo que en Iñaki era extraño no sentir un movimiento de 2 o 3 segundos cada día. Por eso si uno se remonta a la bomba de Hiroshima y ve las fotos puede observarse que las estructuras de hormigón quedaron en pie.
El ciudadano japonés es muy ordenado. Convivió siempre con los temblores y saben de que se trata. Son distintos a nosotros. Les pasa una desgracia y no se fijan lo que perdieron sino que tienen que ir hacia delante. Esto lo rescate cuando pudimos ir a Hiroshima y hablar con gente que vive ahí. Ellos miran para adelante. No quedarse anclados en el pasado. Podemos trasladar esa idiosincrasia a lo que pasó con el epicentro del tsunami. Hay que decir que realmente tienen que tener una organización y haber funcionado las alarmas porque de no haber sido así hubiera habido más de un millón de muertos.
¿Qué ciudad argentina sería Iwaki?
Colón. Una ciudad de ese tamaño. Tiene el epicentro comercial en la estación de trenes como todo el interior de Japón. El país late y vive a partir de los trenes. Es un lugar chico, con no tantos comercios. Se nos hizo complicado porque no estaba preparada para el turismo internacional. Hay que remarcar que de Colón a Wheelwright encontrás dos o tres Iñaki más. Es mucha la densidad de la población.
¿Qué sentís al ver esa ciudad devastada?
Dolor y angustia. Se me vinieron las caras de dos o tres amigos que hicimos ahí. Sentí muchísima tristeza porque era gente muy amable. Si uno preguntaba por una dirección ellos dejaban lo que estaban haciendo y te llevaban a ese lugar. Siempre nos trataron bien. Al ser tan lejano el lugar pienso porque tuvo que pasar en donde estuvimos tanto tiempo. Por eso me dio un escozor doble.
*Periodista. Director Técnico Nacional de Fútbol
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