La noticia, publicada por el matutino local La Verdad –en una nota firmada por los periodistas Federico Monti y Omar Bello-, fue confirmada por el mismo Meoni, quien no descartó ninguna hipótesis al respecto, ni siquiera la que vinculan el caso a una supuesta conspiración para perjudicarlo políticamente. La propiedad en la que se encontró la droga -compactada en panes- había sido alquilada en mayo del año pasado por un hombre de 40 años, quien recorrió inmobiliarias y terminó cerrando un contrato por la casa en cuestión, a través de un “contacto” local. Esa propiedad –ubicada en calle Orellanos al 400- pertenece a un primo de Meoni.
Sin embargo, el hombre que originalmente alquiló la propiedad no se quedó el Junín: el noviembre avisó que se iba a San Nicolás y adujo como motivo la curiosa excusa de que lo hacía porque no soportaba “el calor” que hacía en Junín. Entonces, en noviembre pasado, se instalaron en la casa un hombre identificado como “Charly”, junto a su esposa y dos hijos.
Es precisamente esa mujer quien denunció que era víctima de reiteradas golpizas por parte de “Charly” y desencadenó así la intervención policial que permitió el descubrimiento de la droga. Ahora, “Charly” está prófugo (la policía investiga cuerpos NN para descartar que haya sido víctima de un homicidio) y la mujer, con protección policial.
Un dato adicional hasta el momento desconocido, es que habría sido la propia mujer quien le señaló al personal policial donde estaba la droga; detalle que pone un manto de duda sobre la “casualidad” del hallazgo, uno de los más importantes en la historia reciente de Junín en cuanto a droga se refiere.
INVESTIGACIÓN
En tanto, la investigación estableció que la droga habría sido transportada en tandas a la ciudad, y que los últimos cuarenta kilos llegaron un día antes del descubrimiento.
El vehículo utilizado para traer la marihuana, una camioneta alta gama BMW color negro que fue incautada, fue vista durante las semanas anteriores al procedimiento circulando tranquilamente por la zona céntrica al comando de “Charly”.
Sin embargo, el prófugo no era el dueño del lujoso vehículo, que en realidad estaría a nombre de otra persona y radicada en una provincia del sur argentino.
Para apreciar la capacidad logística de la organización que está siendo investigada, basta decir que la licencia de conducir que portaba Charly, aunque estaba a su nombre, tenía la foto del inquilino original.
Como si el asunto fuera poco turbio, uno de los garantes presentados ante la escribanía donde se firmó el contrato de alquiler de la casa de calle Orellanos al 400, tiene un frondoso prontuario con delitos que irían desde el robo hasta el homicidio. (DIB)
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