El velatorio de Gustavo Pon tuvo lugar a partir de las 7 y posteriormente partió el cortejo fúnebre hacia el cementerio privado ubicado sobre la ruta provincial 2, donde fueron inhumados sus restos.
Decenas de vehículos marcharon en caravana desde la sala de velatorios hasta el cementerio privado de Monte Vera, en las afueras de Santa Fe. Había militantes de Gualeguaychú, Santa Fe y Buenos Aires; compañeros del Seminario de Paraná; Madres de Plaza de Mayo e integrantes de organismos de derechos humanos que se acercaron para acompañar a sus familiares y despedir a un intelectual desaparecido durante la última dictadura.
Fue un acto sencillo coronado con un largo aplauso y el grito de “presente” para Gustavo Pon y los treinta mil desaparecidos. Un compañero suyo hizo una pequeña evocación en la que destacó los ideales y la convicción de Pon. Y nuevamente aplausos. Silencio y aplausos.
Y la emoción de su esposa Clarisa, de su hijo Matías y de sus hermanos llegados desde Gualeguaychú. Luego, se realizó el acto homenaje en la sede de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), donde se proyectó un video y hubo más evocaciones y recuerdos de la vida y la militancia del dirigente social.
MILITANTE. Los restos de Gustavo Pon fueron identificados en diciembre del año pasado por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Habían sido localizados el 9 de junio en una fosa común en el Campo San Pedro, un predio militar ubicado a 52 kilómetros de la capital santafesina, en jurisdicción de la localidad de Laguna Paiva.
En el lugar fueron hallados restos humanos de ocho personas –cinco hombres y tres mujeres adultos jóvenes– cubiertos con cal y vainas de balas. Hasta ahora lograron identificar a tres: María Esther Ravelo, Gustavo Adolfo Pon y María Isabel Salinas.
Oriundo de Gualeguaychú, Pon era un cuadro político e intelectual de Montoneros que desarrolló un gran trabajo de militancia social en Santa Fe. Comenzó a estudiar en el Seminario de Paraná. Estuvo seis años y estudió Humanidades y Filosofía hasta que hizo crisis y abandonó la instrucción religiosa. Entonces se anotó en la Universidad Católica de Santa Fe para estudiar Filosofía y, en sus ratos libres, también Derecho.
Tuvo una activa participación en los grupos cristianos relacionados con la Teología de la Liberación y dio clases en el Profesorado de Venado Tuerto, en la Facultad de Agronomía y Veterinaria de Esperanza y en la Facultad de Ciencias Económicas de Santa Fe. En 1973 fue subsecretario de Cultura y Acción Social de la Municipalidad de Santa Fe. Después se volcó al trabajo de base en el barrio Centenario, pero tuvo que huir. Fue secuestrado en Rosario, en agosto de 1977. (El Diario)
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