(GEI/AEN).- El Tribunal Oral Federal N° 1 de Córdoba condenó a los represores Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez a la pena de "prisión perpetua" e "inhabilitación perpetua" por el asesinato de 31 presos políticos alojados en la Unidad Penitenciaria San Martín, a quienes aplicaron la "Ley de Fugas".
Entre los cargos, se les imputó "homicidio calificado por alevosía", "imposición de tormentos agravado", "lesiones graves", "privación ilegal de la libertad" y "tormento seguido de muerte". Además, se ordenó para Videla "su inmediata detención y alojamiento en una Unidad Carcelaria dependiente del Servicio Penitenciario Federal".
En tanto, para Menéndez se solicitó una revisión por "una Junta médica en el Hospital de Clínicas para determinar si está en condiciones que permitan su alojamiento en una Unidad Carcelaria de la provincia". También se los condenó por secuestros y torturas en contra de un civil y cinco miembros del entonces Departamento de Informaciones Policiales (D2), sindicados como infiltrados en las organizaciones revolucionarias en 1976.
Además, fueron condenados a prisión perpetua, Raúl Eduardo Fierro; Mauricio Poncet; Marcelo Luna; Vicente Meli; Juan Eduardo Molina; Jorge González Navarro; Yamil Yabur; Calixto Luis Flores; Miguel Ángel Pérez; Enrique Pedro Mones Ruiz; Gustavo Adolfo Alsina; Miguel Ángel Gómez; Alberto Luis Lucero y Carlos Alfredo Yanicelli.
Asimismo, fueron condenados: José Eugenio San Julián (6 años de prisión); Carlos Ibar Pérez (10 años de prisión); Mirta Graciela Antón (7 años de prisión); Hermes Rodríguez (12 años); Juan Emilio Huber (14 años de prisión); Fernando Rocha (8 años) y Víctor Pino Cano (12 años de prisión).
Por su parte, Osvaldo Quiroga, Francisco D'Aloia, Ricardo Rocha, Luis Rodríguez, José Paredes, Luis Merlo y Gustavo Salgado fueron absueltos.
Menéndez, al hacer su última declaración, sostuvo: "Nuestros enemigos fueron los terroristas marxistas, nunca perseguimos a nadie por sus ideas".
"Estos delitos están prescriptos", consideró el represor, al mismo tiempo que justificó el accionar terrorista de las FFAA: "Aplicando las leyes en vigencia cumplieron la misión de vencer al enemigo. Le ahorramos sufrimientos a la patria".
Paradójicamente, el ex titular del Tercer Cuerpo del Ejército opinó que "la democracia es un sistema que dignifica a quienes gobiernan, pero para que funcione necesita de gobernantes que no se aparten de la ley".
A su vez, al hacer uso de la última palabra antes del veredicto, el dictador Videla reivindicó lo actuado por las Fuerzas Armadas durante el terrorismo de Estado e insistió en que fue "la sociedad argentina la principal protagonista del enfrentamiento bélico y la que ordenó a su brazo armado acudir en su legítima defensa".
Videla sostuvo además que se consideraba un "preso político" y "un "chivo expiatorio", al tiempo que dijo: "No he venido a defenderme, este no es mi tribunal natural, asumiré bajo protesta la injusta condena y la he de ofrecer como un acto de servicio".
"Me niego a aceptar el término de guerra sucia. Las guerras son justas o injustas. Acepto que cada guerra tiene su particularidad y la nuestra las tuvo, porque tuvo irregularidades", señaló y añadió: "Yo no me atrevería a afirmar que esta guerra terminó".
También aludió a una supuesta reunión privada que mantuvo un mes y medio antes del golpe de Estado con el fallecido dirigente radical Ricardo Balbín."En el encuentro me preguntó si frente a esta grave situación que vivía el país en esos momentos, íbamos a dar el golpe o no", disparó.
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