Según explicó el ministerio de Salud provincial, los cuadros más frecuentes son los gastrointestinales, la erupción cutánea, las náuseas, los vómitos, la fiebre, además de cefaleas y decaimiento. Todo como consecuencia de la persistencia de las altas temperaturas.
Frente a esos signos el ministro de Salud de la Provincia , Alejandro Collia, instó a los padres a “consultar al centro de salud más cercano y evitar automedicar a los chicos con antitérmicos sin consultar previamente al médico porque esto puede empeorar el cuadro”.
Reiteró además, que a partir del alerta rojo declarado por el Servicio Meteorológico Nacional todas las guardias de hospitales provinciales se encuentran preparadas para recibir “cualquier tipo de demanda relacionada con el calor”, y agregó que “el sistema cuenta con disponibilidad de camas en caso de ser necesario ante la eventual aparición de casos graves”.
Por el momento, sólo se registró la internación de un bebé de cuatro meses afectado por un golpe de calor, quien debió ser internado en el hospital provincial “Iriarte”, en Quilmes.
En el hospital de niños “Sor María Ludovica”, en La Plata , desde el 21 hasta el 27 de este mes se asistieron por guardia 1.636 chicos, 129 por diarreas (gastroenteritis) y 131 otitis; además hubo varios casos de fiebre de origen inespecífico. Y dos chicos, uno de 10 y otro de 13 años, fueron diagnosticados por golpe de calor pero no requirieron internación.
Una situación similar se registró en los hospitales provinciales “Victorio Tetamanti” (Mar del Plata); “Magdalena V. de Martínez” (Tigre); “Oñativia” (Almirante Brown); “Eva Perón” (San Martín) y “Noel Sbarra” ( La Plata ), donde en la última semana se incrementaron las consultas pediátricas por diarreas, gastroenteritis, fiebre alta y deshidratación leve.
EL GOLPE DE CALOR El golpe de calor es el cuadro más severo derivado de la prolongada exposición a las altas temperaturas y, en estos casos, los afectados suelen presentar la piel caliente y roja, el pulso acelerado, mayor transpiración, dificultad para respirar, dolor de cabeza, náuseas, somnolencia y sed intensa. En casos extremos esto puede derivar en convulsiones y hasta pérdida de conciencia.
Los más vulnerables son los chicos menores de 5 años y los mayores de 65 años porque tienen menor capacidad para regular la temperatura corporal. La pérdida de líquido a través de la transpiración y la orina se acentúa cuando hace calor y, tanto los chicos como los ancianos, no lo compensan con una mayor ingesta de líquidos. Por eso, “deben consumir bebidas permanentemente para no caer en un desequilibrio que puede resultar peligroso”, agregó Luis Crovetto, director provincial de Medicina Preventiva.
RECOMENDACIONES PARA HACER FRENTE A LAS ALTAS TEMPERATURAS La transpiración es uno de los mecanismos con los que el organismo cuenta para eliminar el calor. “Los menores de un año transpiran por la cabeza por lo tanto recomendamos no colocarles gorros, mantenerlos en lugares frescos y sólo en pañales”, aconsejó Juan Carlos Peuchot, jefe de Pediatría del hospital Eva Perón de San Martín.
El especialista señaló que “un bebé con la cabeza cubierta en días de altas temperaturas tiene mayor riesgo de muerte súbita”. Además, los lactantes presentan “mayor calor metabólico” que un adulto, es decir que aumentan más su temperatura corporal cada vez que ingieren alimentos.
Por otra parte, Peuchot pidió a los padres de lactantes que “eviten dejarlos encerrados en el auto cuando realizan compras, un hábito peligroso porque se trata de ambientes pequeños, cerrados y con ventanillas de vidrio que permiten el paso del sol y concentran aún más el calor”.
Asimismo, señaló que hay diferentes síntomas asociados al calor que deben motivar la consulta. Entre ellos figuran el rush cutáneo (que suelen confundirse con enfermedades eruptivas), calambres, cefaleas, náuseas, vómitos, sed y decaimiento. Ya en casos más severos aparecen los signos del golpe de calor como fiebre alta, la piel roja y caliente.
Finalmente, los pediatras insisten en amamantarlos más seguido, ofrecerles agua, mantenerlos en pañales y en ambientes frescos y evitar automedicarlos. (DIB)
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