En tanto, la convocatoria a “reorganizar” y reunificar el partido lanzado por el líder gremial, dio lugar a innumerables interpretaciones, entre las que se contaba la posibilidad de que los “disidentes” regresen al Partido. Estas expectativas fueron dadas de baja por los opositores, quienes aclararon que no tienen intenciones de participar del espacio.
Por otro lado, la palabra de Moyano generó un nuevo cimbronazo: en las últimas horas comenzó a correr la versión, alentada pero no confirmada públicamente por fuentes del propio kirchnerismo nacional, de que existe la voluntad de que la Presidenta asuma “todo el poder”, lo que incluye la presidencia partidaria. Para ello, algunos dirigentes deslizan la posibilidad de que impulsar un masivo pedido de parte de dirigentes y militantes, que presione sobre los jefes partidarios del peronismo opositor que podrían trabar ese movimiento.
Las versiones cobraron fuerza luego de que Moyano hablara de una posible reestructuración del partido, seguida por las palabras del canciller Héctor Timerman, en las que adelantó que la Presidenta buscará la reelección en 2011. Si Cristina asume en el PJ nacional, la influencia sobre la estructura partidaria provincial, que Moyano ejerce a raíz del respaldo que obtuvo del propio Kirchner luego del ACV que afectó al vicegobernador bonaerense Alberto Balestrini, sería prácticamente un hecho consumado.
Por el lado del sciolismo, fue el propio gobernador quien señaló que estará “donde Cristina me necesite”. Luego, el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, indicó que a la Presidenta “le sobra fuerza y coraje para Gobernar”. Aunque ninguno de los dos dirigentes habló explícitamente de la situación partidaria, voceros cercanos a ambos dijeron a DIB que el mandatario provincial está dispuesto a dar un paso al costado para que la presidenta asuma la conducción formal del partido, en una fecha que no precisaron.
EL PJ “UNIDO”
Por otro lado, Moyano habló de “reestructurar” el partido, al que calificó como “una gran familia” y luego reunificarlo, un mensaje que pareció apuntar al arco peronista opositor.
A la luz de estas declaraciones, cobraron nueva significación las palabras de Felipe Solá, quien ayer reconoció que el armado opositor “cambiaría” frente a la muerte de Néstor Kirchner. Incluso se llegó a especular con una nueva conformación partidaria, acomodada a esta realidad.
Sin embargo, desde el “felipismo” desalentaron las versiones, al declarar que los dichos de Solá “no fueron felices” y fueron hechas “en momentos de mucha congoja personal y no reflejan ninguna posición del Peronismo Federal”.
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