Informe especial de Inforegión
La tendencia a consumir mediante créditos En Argentina, el índice de endeudamiento familiar crece al ritmo de la tendencia a consumir por crédito, y esto preocupa a las asociaciones de defensa del consumidor. Mientras los economistas celebran que esto impulsa el crecimiento, las encuestas demuestran que presos del consumo “cortoplacista”, se ahorra y se invierte menos (Dypra/GEI) - Juan Ignacio gana 7100 pesos. “Un sueldo bastante bueno”, reconoce, aunque aclara que hoy es “como si no ganara nada”, porque de esos 7 mil, 4 mil están comprometidos. “Me pasé con los créditos, no me di cuenta y me equipé, pero ahora estoy hasta las manos”, cuenta uno de los que constituye esa amplia porción de la clase media que bancarizada y enfundada en “plásticos” salió a generar, desde los inicios del repunte económico, en 2003, el boom del consumo que alcanzó su pico máximo en 2008, y que no se detiene....
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50 cuotas “sin intereses” ponen en el hoy de muchos cualquier electrodoméstico que antes hubiese sido imposible alcanzar, y si 50 son muchas, no importa: hay planes de 36, 24, 12, 6 o 3. “Eso te mata”, reflexiona Juan Ignacio, que con dos tarjetas y límites de cinco mil y ocho mil en cada una, se abalanzó sobre las promociones, que son muchas. Su caso, sin embargo, puede representar una tendencia que incluye a gran parte de la sociedad argentina y que es la de adherir a la propuesta de pagar la vida en cuotas, quizás seducida por la ilusión del “sin recargo” y por la idea de que la inflación puede haber licuado, para la última, lo poco o mucho que se pagó de más. Según datos que difundió el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de Argentina (CEFID-AR) el volumen total de créditos a familias se incrementó un 517 % entre diciembre de 2003 y junio de 2010. Dentro de ese marco, los créditos por tarjeta aumentaron un 820 % y los personales un 1330 %, en el mismo periodo. ¿Pero está bien o está mal? El lado Yin de la cuestión es sin dudas el empuje a la economía. “Este año vamos a crecer a una tasa que estará alrededor del 8 o el 9 por ciento, y esto está dinamizado por el consumo”, defendió ante Info Región Juan Carlos Latrichano, economista y docente de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ). El lado Yan, los riesgos: según el último informe del Centro de Economía Regional y Experimental (CERX) sobre la base del total de la población, la deuda familiar promedio superaba, hasta el año pasado, los 9 mil pesos, lo que equivale a 5 meses de ingresos familiares, tomando como parámetro el salario mínimo, que es de $ 1740. “A nosotros nos está preocupando la sobrecarga que por la inadecuada disposición de su presupuesto están teniendo algunas familias”, admitió Pedro Busetti, presidente de la Asociación Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO). Corre consumidor, corre. Según los economistas y las asociaciones de defensa del consumidor, esta propensión de los argentinos a pasar por el posnet tiene varias explicaciones: la primera es la recuperación económica que comenzó en 2003 y a partir de la cual el Gobierno puso en el impulso del consumo la esperanza de consolidación de ese crecimiento; lo que implicó, entre otras cosas, aumentar los salarios y facilitar el acceso a los créditos. La segunda, es la inflación. “Los consumidores adelantan el consumo, y corren para ganarle a la suba de precios”, indican los analistas. Los incentivos llueven. Si en cualquier cadena de electrodomésticos se puede conseguir un LCD de 42” por alrededor de 6 mil pesos en 30 o 50 cuotas sin interés, ¿para qué esperar hasta juntar el dinero, si probablemente, cuando se ha juntado, ese mismo LCD aumentó? “Cuando el consumidor decide hacer una compra a largo plazo presume que la inflación va a licuar el valor final del producto. Si analizamos el valor de los electrodomésticos en los últimos 5 años veríamos que fueron creciendo anualmente a una tasa no menor de entre el 20 y el 25 %, entonces la gente piensa, ‘si yo compro este producto sin interés en 50 cuotas, cuando lo termine de pagar va a costar el 80 por ciento más, con lo cual equiparo el costo financiero”, explicó Busetti. Y ese razonamiento predomina, y se plasma en números: de acuerdo a datos que difundió la Fundación Mercado en base a una encuesta que realizó, cerca de un 74% de las personas consultadas admitió que de comprar bienes durables como electrodomésticos lo haría mediante financiación, y dentro de ese porcentaje el 53 % aseguró que utilizaría un préstamo personal y el 20,6 % indicó que lo haría utilizando las promociones que ofrecen las tarjetas de crédito. Sólo el 16 % mencionó el efectivo. Si bien desde Deuco advierten que lo ideal es que “no se destine más del 30 % del presupuesto familiar para el pago de cuotas”, según el informe de Cerx, hasta abril del año pasado las familias destinaban, en promedio, “el 39,7 %” para pagar deudas financieras. Desde otro ángulo, el centro señalaba que si bien el volumen del pasivo de las familias con el sistema financiero formal había descendido cerca de un 0,3 % respecto a 2008, los créditos tomados en canales informales subía un 0,4 %, lo que para Cerx “responde a urgencias de liquidez para cubrir dificultades en la capacidades de pago”. El ojo de las entidades y de algunos economistas se posa en otro aspecto que según ellos está relacionado con el sobreendeudamiento, y que son los altos costos de financiación y la propagandas “engañosas” de las que se valen las empresas. Esto, sumado al “poco conocimiento financiero” que tiene “la mayoría de la población”, deriva en un combo explosivo. “Ni los bancos, ni las tarjetas, ni las cadenas de venta le dicen a los consumidores cuáles son las condiciones reales de los créditos. La tasa de interés en muchos casos es excesiva y los costos accesorios que va tener que pagar son varios” Esto hace en realidad que el producto que se compró tenga un costo final que puede llegar a superar el cien por ciento del valor original”, explicó Busetti. Similar fue la opinión de Jorge Colina, economista del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), que recalcó que aunque “no está errado” el pensamiento de los que creen que consumiendo en cuotas se la gana a la inflación, la realidad es que detrás de las propuestas jugosas hay una premisa que siempre se cumple, y es que “las empresas nunca pierden”.
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