La sociedad de Pergamino y sus instituciones debemos asumir sin miedos y con autentica sinceridad y libertad, el doloroso camino de la búsqueda de verdad y justicia para con las víctimas de los delitos de lesa humanidad y de las violaciones a los derechos humanos cometidos por la dictadura cívico-militar en el marco del plan sistemático represivo genocida del Terrorismo de Estado perpetrado entre 1976 y 1983.
El derecho a “saber” lo que nos pasó y la lucha contra la impunidad son dos pilares inclaudicables de la ética de la responsabilidad social que muchos pergaminenses venimos sosteniendo para hacernos cargo de nuestra historia, de nuestros muertos, de nuestros desaparecidos, de nuestros ex presos políticos , de nuestros exiliados, de nuestros torturados, de nuestros hijos y nietos apropiados y/o restituidos.
Después de 27 años de haber recuperado el pleno estado de derecho y la democracia, creemos esperanzados en el accionar independiente de unos de los poderes del estado, la Justicia, para determinar las responsabilidades penales de los autores, participes y cómplices de los delitos cometidos en Pergamino, sean militares o civiles.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación sostuvo en su último informe que “los Juicios de Lesa Humanidad están dentro del contrato social de los argentinos , forman parte del consenso básico que tiene la sociedad y es un proceso colectivo que no tiene marcha atrás”.
El documento de la máxima autoridad de Justicia precisa que “no hay prescripción, ni amnistía, ni indulto posible” y que las investigaciones de la Argentina son de las mas importantes en el mundo en materia de derechos humanos.
Actualmente hay veintiséis juicios concluidos con sentenciados, trece juicios en curso, y cinco en camino con fechas establecidas. Para la Corte la publicidad de los procesos y juicios a través de los medios de comunicación es esencial a los ojos de la Justicia.
Esta irrebatible posición jurídica humanística de nuestra Corte Suprema de Justicia avala y reafirma la necesidad de hacer publica la posición de Autoconvocados por la Memoria y los Derechos Humanos de Pergamino acerca de la Causa 3655, que se tramita en el Juzgado Federal de San Martín denominada Leiva Adriana/ Denuncia en la que se encuentra imputado el Doctor Jorge Ramella de nuestra ciudad.
En el juicio se lo considera “prima facie” autor penalmente responsable de ser participe necesario de los delitos de falsificación ideológica de documento público y alteración del estado civil por sustitución de identidad de Gabriel Matías Cevasco, delitos previstos y reprimidos por el artículo 293 del Código Penal.
La Cámara Nacional de Casación Penal ratificó un fallo de primera instancia, rechazó un recurso de “prescripción” interpuesto por Ramella, y confirmó este año su procesamiento y prisión preventiva bajo arresto domiciliario con permisos de salidas transitorias para chequeos médicos.
LA VERDAD JUDICIAL
La falsificación de actas o partidas de nacimiento que permitieron la alteración de identidad de niños apropiados ilegalmente, fue una constante en centenares de niños hijos de desaparecidos que fueron robados a sus madres en operativos de secuestro, o en centros clandestinos de detención.
Las Abuelas de Plaza de mayo lograron recuperar la identidad de ciento un nietos y restituirlos a sus familias biológicas, pero todavía esperan y buscan reconstituir la verdad filiatoria y reconstruir las historias, de más de doscientos niños, con la invalorable tarea científica del Banco Nacional de Datos Genéticos que constata con exactitud la identidad de las personas a través de las pruebas de ADN.
Gabriel Matías Cevasco, victima del delito que se le imputa al Dr Jorge Ramella, fue el nieto recuperado número setenta.
Nació el 14 de octubre de 1976, hijo de María Delia Leiva y Horacio Cevasco. Su madre fue secuestrada y desaparecida con el bebé de tan solo tres meses por una brigada de policías en San Martín el 11 de enero de 1977.
Treinta días después, aproximadamente, la agente de policía Dina Bufe que se desempeñaba en la Brigada de la Policía de Buenos Aires delegación San Martín, le entregó el niño (sin trámite de adopción legal) en su casa del conurbano, al matrimonio compuesto por Roberto Duarte y Margarita Fernández, quienes viajan a Pergamino, gestionan la firma de la partida de nacimiento ante el Dr Jorge Ramella en la Clínica Pergamino, la obtienen y luego se dirigen al Registro Civil para inscribir un trece de febrero de 1977 al niño con el nombre de Ramiro Hernán Duarte en el Documento de Identidad número 25.623.523.
La falsa invocación de maternidad biológica de Margarita Fernández con el certificado de nacimiento apócrifo extendido en Clínica Pergamino con la firma del Ginecólogo Jorge Ramella terminaron por consumar el acto ilícito de filiación falsa y alteración de identidad. Desde ese momento Gabriel Cevasco paso a ser Ramiro Hernán Duarte por más de veinticuatro años.
LA AVENTURA DE “RENACER”
“Yo no sé, creo que no iba a aguantar toda la vida. Es una duda muy tremenda, algo que te consume cuando te miras al espejo y decís: ¿A quien seré parecido? … ¿Por qué pasó todo esto?... ¿Estarán vivos? … ¿Me estará buscando?... ¿Estarán desaparecidos?... ¿Podré conocer a mis abuelos antes que mueran?...Mis abuelos maternos fallecieron y no los conocí”, confesó Gabriel cuando supo toda la verdad
En el año 2000, previo a haberse preguntado sobre quien era verdaderamente él y cual era su familia biológica,(ya que a los siete años le dijeron que era “Adoptado”)logró recuperar su identidad, Gabriel Matías Cevasco (DNI 25.557.179) como lo habían anotado sus padres biológicos al nacer.
Se reencontró con su padre Horacio Cevasco y parte de su familia biológica que lo buscó por mas de veinte años. Para saber su verdadera historia se acercó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), Abuelas de Plaza de Mayo y se realizó el examen de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos. Su madre, María Delia Leiva permanece desaparecida. Gabriel Matías Cevasco tiene hoy treinta y tres años, esta casado, tiene dos hijos, es pastor Adventista y colabora en la búsqueda y recuperación de la identidad de otros nietos de desaparecidos .
Vive en el Gran Buenos Aires. Su tía Adriana Leiva, continúa con la lucha legal de la búsqueda de su hermana desaparecida, la situación jurídica de su sobrino Gabriel y su compromiso con los derechos Humanos. El apropiador Roberto Duarte está procesado y prófugo en Estados Unidos con pedido de captura internacional, y su esposa Margarita Fernández detenida por el delito de apropiación ilegal. La entregadora Dina Bufe estaría internada en un centro de atención médica con un cuadro de deterioro mental.
PRESTIGIOS Y ETICAS
El prestigio y la ética demostrada por el accionar de la Justicia Federal de San Martin en todas las instancias que garantiza el debido proceso jurídico en el marco del estado de derecho democrático en la causa que tiene como víctima a Gabriel Matias Cevasco por delitos de lesa humanidad probados y acreditados ha sido relativizada y cuestionada públicamente en el diario La Opinión por el victimario, encausado o justiciable , Dr Jorge Ramella, al plantear una estrategia de búsqueda desesperada de justicia mediática al amparo de un tratamiento periodístico interesado en provocar la absolución social.
La lamentable apelación a cuasi moralinas de pueblo o cuestiones de privilegio de poder e impunidad, basados en “prestigios profesionales” y “éticas periodísticas”, no hacen más que revelar el intento de desinformación y manipulación de la opinión pública, para consolidar el habito del ocultamiento, la distorsión, el encubrimiento y el silencio sobre los hechos nefastos, atroces y aberrantes sufridos en Pergamino en tiempos de autoritarismo, miedo y represión.
“TU CUERPO QUE ALBERGA UN CAPULLO ROSADO, FUTURO DICHOSO, DE MADRE FELIZ”
(Escrito por el Dr Jorge Ramella en su libro “La aventura de nacer”)
La mamá de Gabriel no parió en la Clínica Pergamino. Maria Delia Leiva estaba desaparecida. No fue una de las seis mil madres ayudadas por el Dr Jorge Ramella en sus cincuenta años de profesión, para que su hijo, Gabriel, llegue al mundo con testigos de esa alegría.
Gabriel era un bebé de más de tres meses, traído por una mujer que no era ni siquiera su madre adoptiva. Sin parto, sin madre, sin recién nacido, el Dr Ramella primero rechaza firmar el certificado (como consta en el expediente judicial) y luego, “su conciencia” acepta. A partir de ese momento Gabriel dejo de ser Gabriel. Desde esa firma “prestigiosa y profesional” Gabriel pasó a ser Ramiro Hernán Duarte. Una firma, otra identidad, según la verdad judicial.
Como dice el Dr Jorge Ramella en su libro “La aventura de nacer”: “….esa responsabilidad recae sobre nosotros, los médicos, desde esa primera visita y es por ello que, desde ese momento, está a nuestro cargo la salud sicofísica del binomio madre-feto… Ese nexo espiritual basado en cariño, comprensión, paciencia y confianza es fundamental por su incidencia, probadamente beneficiosa, en todo lo inherente al parto y al puerperio”. (Colaboración Gustavo Perez Ruiz)
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