Daniel Garnero en Independiente, Héctor "Chula" Rivoira en Huracán y finalmente Antonio Mohamed en Colón de Santa Fé. Quizás habría que diferenciar al "Turco" de los dos citados ya que pudo trabajar al menos unos años en la institución. Pero esta eterna discusión entre "Me- nottismo y Bilardismo" la instaló nuevamente Ángel Cappa.
Quizás el discípulo número uno de Menotti en cuanto al discurso y la oratoria. Pero lo más conveniente sería que no agite las aguas. Porque Menotti y Bilardo ya no son lo que fueron. Cada uno aportó lo suyo al fútbol. Menotti devolvió el sentimiento de pertenencia por la Selección Nacional a los jugadores en los años '70.
Bilardo innovó en las cuestiones tácticas y los sistemas. Basta con recordar el 3-5-2 que le permitió a Diego Maradona alzar la Copa del Mundo. Pero la realidad indica que luego de la gloria pasaron casi al fracaso.
Ninguno pudo conseguir títulos a nivel clubes. Y cuando quisieron desempeñarse en otras funciones tampoco les ha ido bien. Menotti, hasta el lunes manager de Independiente, dio un paso al costado por los malos resultados.
Vaya paradoja. Por los resultados justo él debió retirarse por la puerta de atrás, con los insultos del hincha del club de Avellaneda que le sacó todo su apoyo. A Bilardo tampoco le ha ido muy bien en la misma función pero de la Selección Nacional. Idas y vueltas con Diego Maradona y Mancuso, entre otros. Rumores de renuncia.
Amenazas de contar cosas en su programa de radio. Esto refleja que a veces es preciso retirarse a tiempo. Guardar la mejor imagen de cada uno. Porque de eso se trata si quieren seguir perdurando en el tiempo y en muchas generaciones cuando se sienten en una mesa para hablar de fútbol. Para hablar de Menotti y Bilardo de sus mejores momentos. Y no los del ocaso. *Periodista. Director Técnico nacional de Fútbol.
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