Jorge Deboli
“Es hora de que la historia empiece a escribirla el pueblo argentino” Llevamos 200 años como nación y resulta un hecho evidente que la historia, la que se enseña en los colegios, la que se imprime en los libros, la que día a día nos cuentan los diarios tradicionales y queda impresa como verdad absoluta, desde siempre, la escriben los que ganan....
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Resulta asombroso que los oligopolios informativos continúen subestimando la inteligencia de los argentinos pretendiendo que lo que es bueno para ellos, ejercido por los demás, es inaceptable.
Ya no como un sofisma, de lo que los monopolios y sus voceros son afectos, sino a partir de su propia definición, los campeones de la defensa de la “libertad de prensa y de información”, que controlan la producción del papel para diarios, admitieron sin cortapisas, que ellos mismos son los que controlan la palabra escrita; la que escriben en letras de molde y luego rebotan hasta el hartazgo en todos los medios audiovisuales de su propiedad, como la verdad revelada.
El tema de la producción y aprovisionamiento de papel no es un tema que afecta sólo a los editores de diarios, al verse obligados a restringir la compra de este insumo por su excesivo precio en relación a la escala económica de su medio; también es una cuestión que impacta y afecta a millones de argentinos que ven restringido su derecho a informarse, toda vez que el medio local está impedido de imprimir las páginas necesarias, y por ende los contenidos, donde los vecinos se expresan; reclaman a las autoridades; promocionan sus actividades culturales, sociales y deportivas, en suma, el diario local, es el medio de comunicación por excelencia, donde los vecinos se ven reflejados.
Si bien los dos principales diarios editados en la ciudad de Buenos Aires tienen una circulación minoritaria en el interior de nuestro país, en una relación de uno a diez con respecto al medio local, estos, al estar restringidos en la compra de papel, al tener que priorizar la edición de contenidos locales, se ven obligados a relegar la información del segmento provincial y nacional.
Sin embargo, cuando los medios locales salen a denunciar ésto, los que hegemonizan la fabricación y distribución de papel salen a justificarse diciendo que “es un problema de mercado, de eficiencia empresaria” y no de restricción de la libertad de información. La fabricación de papel para diarios no es una mercancía que entra en esa categoría. El proyecto de ley que envió el Poder Ejecutivo al Congreso para que declare de interés público la elaboración de este insumo y para que dicte una norma que regule y garantice su distribución a un justo precio entre todos los diarios, resulta un paso determinante para comenzar a escribir otra historia.
* Director del Grupo Editor Informes de La Plata / Secretario de Dypra (Diarios y Periódicos Regionales Argentinos).
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