Fumar es perjudicial para la salud y también para la economía del país, particularmente para la provincia de Buenos Aires. De acuerdo a cifras oficiales, el sistema de salud bonaerense -público y privado- gasta cerca de 10 millones de pesos diarios para atender afecciones relacionadas con el consumo de tabaco. A su vez, desde el Ministerio de Salud de la Nación se reconoce que ese número es mucho mayor a lo que se recauda en materia impositiva por la venta de cigarrillos.
La cifra evidencia que el problema del tabaco sigue sin resolverse, más allá de las iniciativas que -en materia de leyes- han surgido en el país y la Provincia. En esa línea, durante la última semana el Senado nacional le dio media sanción a un proyecto de ley de Control del Tabaco, que busca establecer ambientes públicos y laborales 100% libres de humo. La iniciativa pretende que la Argentina cuente con una norma de aplicación nacional para combatir el tabaquismo, una epidemia que produce la muerte de más de 40 mil compatriotas por año y un alarmante abanico de enfermedades para millones de personas.
La medida -que avanza en camino a convertirse en ley- también establece la prohibición de la publicidad, promoción y patrocinio del tabaco, con el fin de disminuir el alcance de las estrategias de la industria para captar a los jóvenes en el consumo de cigarrillos. Según datos de la cartera sanitaria nacional, en nuestro país la edad promedio de inicio está en el orden de los 12 y 13 años.
A esa iniciativa se suma la ley Antitabaco de la provincia de Buenos Aires sancionada en 2008, que fija la prohibición de fumar en bares, restaurantes y dependencias públicas. Pero una modificación hecha por Diputados, tras un fuerte lobby de empresarios bingueros, hizo que los locales donde funcionan máquinas tragamonedas estén exceptuados de cumplir con esta norma. Por ello, un grupo de legisladores, que se oponen a ese privilegio, vienen impulsando que se sancione otra norma para que las salas de juego comiencen a ser lugares libres de humo (ver aparte).
En diálogo con Hoy, Eduardo Valeff, médico cardiólogo a cargo del programa Salud sin humo del Ministerio de Salud bonaerense, indicó que “en el caso de los bingos, si una persona no quiere exponerse al humo puede elegir no ir, pero en cambio no sucede lo mismo con los empleados que no fuman y a quienes no les queda otra que ser fumadores pasivos, porque se trata de su fuente laboral. Esto no está contemplado y es una injusticia tremenda para estas personas. Allí no debería fumarse”.
Respecto de los fumadores pasivos, el especialista aseguró que de las 40 mil personas que al año mueren por enfermedades relacionadas con el cigarrillo, 6 mil son pasivos. “Esa cantidad equivale a cuatro barcos Titanic por año”, comparó.
Por su parte, el doctor Alejandro Videla, neumonólogo y director de la Clínica de Tabaquismo del Hospital Universitario Austral y miembro de la Asociación Argentina de Tabacología, consideró, ante una consulta de este medio, que en materia de legislación la Argentina “está a mitad de camino”.
“La cantidad de fumadores en la población es alta (un tercio), se sufre una alta cantidad de muertes anuales por el tabaco y se gasta una gran cantidad de recursos en combatir los efectos negativos para la salud que causa el cigarrillo”, remarcó.
Sostuvo también que si la ley que tiene media sanción en Senadores es promulgada por Diputados, la situación mejorará a lo largo de los próximos años: “Ningún cambio en políticas públicas se produce de la noche a la mañana”, concluyó el especialista.
En tanto, otro informe realizado en los últimos años por el Ministerio de Salud de la Nación arrojó que se destinan 6.917.318.105 pesos en atender enfermedades causadas por el hábito del cigarrillo, mientras que el Ministerio de Economía recauda sólo 4.200.000.000 de pesos en concepto de impuestos que se aplican a la fabricación y venta de cigarrillos y otros productos derivados del tabaco.
¿Se puede llevar a juicio a las tabacaleras?
Ante la gran cantidad de dinero que se gasta en salud y las miles de muertes que el tabaco produce por año, la pregunta es: ¿el Estado podría enjuiciar a las tabacaleras por los perjuicios? Para el cardiólogo Eduardo Valeff, del programa provincial Salud sin humo, la posibilidad de recurrir a la Justicia es un hecho que “tal vez en breve podría pasar”. “El cigarrillo enferma y mata, pero en la Provincia mucha gente sigue siendo indiferente al tema. Creo que en la opinión pública no alcanzó el nivel que tuvo en los Estados Unidos (país donde el Estado nacional encabezó juicios a estas poderosas compañías). Ojalá se pueda hacer juicio, sería una forma de frenar el avance del tabaquismo”, consideró.
Cabe mencionar que en nuestro país existe como antecedente una demanda colectiva que realizó una ONG en contra de dos tabacaleras en el año 2007. La presentación se realizó con el fin de que estas compañías constituyan un fondo fiduciario, pero no con el objetivo de indemnizar a las víctimas fatales, sino para contribuir con los tratamientos y gastos que les ocasiona a los sectores público y privado la atención de miles de fumadores. La demanda fue iniciada por la Asociación Argentina de Derecho Daños (AADD), en representación de un empresario y su mujer, ambos fumadores.
La legión de fumadores
Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), en la provincia de Buenos Aires fuma el 33,4% de la población de 18 a 64 años (37,7% en hombres y 29,3% en mujeres). Esto representa aproximadamente 1.500.000 fumadores, de los cuales el 14% está pensando en dejar de fumar, y 150 mil quiere hacerlo incluso antes de los treinta días. (Fuente HOY)
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