River urgido por la necesidad de sumar puntos debido a su flaco promedio confió en el ex entrenador de Huracán para sacarlo del pozo. Curiosamente River debe sacar resultados y esa palabra está lejos de lo que pregona Cappa, afín al juego lírico. Pero hasta el momento las matemáticas no mienten y reflejan 9 puntos sobre 9.
Para los resultadistas nada para discutir. Para los que creen en el "tiki-tiki" este River está lejos de ese estilo. Hasta el momento no superó con claridad a ninguno de sus tres rivales, llámese Tigre, Huracán e Independiente.
Tuvo sólo ráfagas que le permitió anotar goles que a la postre resultarían decisivos. Aún no se vio un equipo. Y eso se debe a que es largo en sus líneas, el retroceso no es bueno. Sino obsérvese el gol de Silvera que viene de una pelota lanzada por Mareque detrás de la mitad de cancha. Carrizo nuevamente comienza a eregirse como figura.
Como lo hizo la última vez que el "Millonario" salió campeón. Pero por ahora le sirve. Y el hombre es esclavo de sus propias palabras. Y Cappa no es la excepción. Tras el encuentro afirmó: "no pude disfrutar cuando ganábamos porque estaba preocupado y pendiente por el resultado". Y está bien. Porque en el fútbol argentino al menos no se confía en los procesos sino en los resultados.
Y queda demostrado en la vereda de enfrente con Boca inmerso en una crisis. Sí, a tres fechas de comienzo del campeonato el técnico que viene de salir campeón con Argentinos Juniors se puso plazo el mismo para seguir sentado en el banco xeneise, el partido contra Vélez: "El resultado del partido que viene puede ser muy determinante" aseguró.
Un Bichi auténtico y realista. Sabe lo que es el mundo Boca. En la edición del 14 de Abril de este año el propio Borghi dejaba a Colón Doce frases interesantes como "Al jugador hay que convencerlo, no imponerle cosas". Y habrá que saber si todos están convencidos con el mensaje y la propuesta.
Palermo aseguró: "Nos estamos acostumbrados a perder". Y Borghi vino con su táctica de jugar con tres defensores que debutaban con la camiseta azul y amarilla: Cellay, Caruso e Insaurralde. Pero lejos está del funcionamiento que él pretende. Y se sabe que con ese sistema deben funcionar bien los carrileros o laterales volantes y tanto Méndez como Matias Giménez no lo están haciendo bien.
Las dos caretas de la comedia. La alegre por ahora la lleva puesta Cappa y River. La triste Borghi y Boca. Habrá que ver cual es el final de la obra y quien se consagrá como mejor actor…. *Periodista. Director Técnico Nacional de Fútbol.
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