Hay nomás se fue para el Bar La Milanesa y pidió un bicicleta rodado 32, y se fue para Pearson cantando bajito la última de Ricardo Fort y rogando que nunca le llegue el «aputasamiento» a estas tierras. Al llegar, como era de noche, fue al bar de la pequeña localidad tomó dos grapas y se quedó a dormir en un banco de la Plaza.
Grande fue su sorpresa cuando a la mañana despertó y las bombachas batarazas estaban pintadas de blanco.
Es que los muchachos de la Municipalidad no ahorraron cal y pintaron todo lo que estaba quieto, si hasta una gallina colorada apareció con la camiseta de River para el descontrol del gallo en jefe. El domingo a media mañana, cuando llegó el Gobernador, ya estaba Pito, vestido con una musculosa y una gorra vasca, maniobrando una carretilla y tapando los últimos pozos que faltaban, mientras el que paleaba la tierra era el "Cenador" del ARI que vestía un bombacha gaucha verde y una camisa grafa. El gobernador no resistió la emoción al encontrar a dos políticos tan temprano trabajando y se puso a cantar la marcha de San Lorenzo.
En el escenario había más gente que en las tribunas cuando juega Barracas y Racing, y no se vino abajo porque tuvieron la precaución de hacerlo con una simple tarima apoyada en el suelo.
En tres metros cuadrados había como setenta personas, rompiendo todas las barreas de la física. (continuara).
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