El trabajo destaca que el incremento de mujeres presas se dio "en el marco de procesos de empobrecimiento y desempleo propios de la década de 1990", que "condujo a la desocupación, la precariedad del empleo y la segmentación ocupacional, situaciones que afectaron sensiblemente a las mujeres de hogares pobres". La investigación revela que en 1990 había 298 mujeres detenidas en el sistema federal, mientras que al 7 de mayo de este año la cantidad era 805. El año con mayor cantidad de detenidas fue 2006, con 1.105; y le siguieron 2005, con 1.094; 2007, con 1.039; y 2004, con 1.006.
A partir de 2008 la estadística comenzó a descender: ese año había 940 detenidas y el año pasado se registraron 828. Pero la baja no necesariamente significa que haya menos mujeres detenidas en el sistema federal: "Puede obedecer a distintas razones, como ser la transferencia a jurisdicciones locales de la persecución de ciertos delitos vinculados a las drogas, y la sanción de la ley que incorporó entre los supuestos en que procede el arresto domiciliario a las mujeres embarazadas o que tengan hijos pequeños a su cargo".
La investigación revela que el 68,2 por ciento -o sea 7 de cada 10 mujeres- están detenidas por comercialización o contrabando de drogas; el 16,2 por delitos contra la propiedad y el 14,2 por delitos contra las personas, mientras el resto es por otro tipo de ilícitos.Destaca que en las redes de narcotráfico las mujeres forman parte de la base de ese negocio, las "mulas" que llevan la droga en su cuerpo, y allí es donde el Estado centra la persecución del delito. "La vinculación de las mujeres con los roles menores que desempeñan en las redes de comercialización encuentran su paralelo en las condiciones de pobreza que padecen dentro del régimen social", explica el trabajo. Del total de las mujeres presas, el 48 por ciento son extranjeras (más de 70 por ciento de ellas oriundas de países latinoamericanos), de las cuales 9 de cada 10 están detenidas por delitos de drogas."Este dato, analizado a la luz de lo dicho, confirmaría la hipótesis de una creciente participación femenina en redes internacionales de tráfico de estupefacientes", analiza. Por el rol social y maternal en la crianza de los hijos que la mujer cumple "la cárcel tiene un impacto diferenciado" y hace que "sufra en mucha mayor medida los efectos del encierro, por cuanto significa el desmembramiento del grupo familiar y su alejamiento".
El 85,8 por ciento de las detenidas son madres con un promedio de tres hijos cada una. "La destrucción del vínculo de tres hijos cada una. "La destrucción del vínculo materno-filial constituye una 'pena' añadida a la condena en el caso de las mujeres, que además trasciende a los hijos", destaca la investigación. El trabajo no es sólo una enumeración de datos estadísticos sino que analiza las causas del aumento de mujeres encarceladas. Sostiene que el incremento se generó en un contexto de creciente marginalidad, pobreza y falta de posibilidades laborales para mujeres cabezas de familia, características constantes y crecientes de la década de los '90.
"En función de ello podría decirse que estas situaciones pueden haber influenciado en la búsqueda de nuevas estrategias de supervivencia, especialmente para las mujeres de escasos recursos, quienes atraviesan las fronteras entre lo formal y lo informal, lo legal y lo ilegal", analiza el informe de 130 páginas que fue presentado en la Universidad de Buenos Aires. Otros datos del trabajo sobre la radiografía de las mujeres presas son: la edad promedio es de 36 años; el 55,4 por ciento están detenidas sin condena y una de cada cinco nunca estudió o no concluyó la primaria. Además, antes de quedar detenidas 8 de cada 10 mujeres tenían empleo pero "en tareas de alta informalidad y magras remuneraciones". El 26 por ciento trabaja como personal doméstico, el 19 por ciento estaba empleado en el rubro comercial y el 15 por ciento dijo que hacía changas.
"El análisis de las respuestas obtenidas sobre la ocupación laboral da cuenta de la gran inestabilidad y precariedad de las condiciones laborales de las mujeres privadas de libertad", destaca el informe. La investigación sobre datos adicionales a la cifra de presas -ya que este número está actualizado a este año- se realizó entre el 20 de junio y el 21 de agosto de 2008 y se entrevistó a 148 mujeres (el 14,6 % de la población carcelaria femenina) que están alojadas en las cárceles de La Pampa, Jujuy, Salta, las tres unidades de Ezeiza y la Unidad Psiquiátrica Moyano.
|