En Colón los conocedores de sus calles indican que existe un aumento de niños y adolescentes en la calle. Los ejemplos son muchos pero vamos a los más recientes. Viernes esquina de 48 y 20 (pleno centro de Colón). Llegan dos preadolescentes frente a reconocido supermercado.
Uno de ellos entre sus manos trae una pequeña "faca" con una hoja arqueada y muy afilada. El mango casero asoma entre sus manos. Una señora llega a realizar las compras. Los dos chicos se acercan y el que lleva la faca comienza a amenazarla "vis- teándola" cerca del cuerpo. La mujer aterrorizada puede escapara al interior del comercio. La situación se repite dos o tres veces. Un hombre avisa a la guardia del supermercado. El trabajador sale y es enfrentado por los chicos. En ese momento llega un patrullero policial y los chicos escapan a contramano.
Martes cerca del mediodía en calle 48. Una mujer se esconde en la esquina y un chico, "timbrea". Pide monedas a aquellos que abren la puerta. Cuando le dan, el chico se las lleva a su madre. En Colón hay un circuito " legal" donde se contiene a un centenar de chicos. Sin embargo si uno busca y escarba hay más chicos que escapan al sistema y viven en una situación de calle. Si no son contenidos en sus primeros pasos, con más educación, cariño y PREOCUPACION de aquellos destinados a este trabajo, en pocos años la inseguridad seguramente aumentará. La ciudad del futuro la construimos ahora en todos los ordenes.
En la Provincia
Casi medio millón de chicos bonaerenses viven en la pobreza, de acuerdo a las cifras que maneja el gobierno provincial, donde reconocen que rondan los 400 mil. Sin embargo, cálculos extraoficiales afirman que son muchos más.
Por otro lado, cada vez que un menor comete un delito que tiene impacto en la sociedad se reaviva el debate que, generalmente, se extingue con el interés mediático del hecho que lo desató: ¿sirve bajar la edad de la imputabilidad? Muchos especialistas coinciden en que esta medida no cambiaría la situación actual, pero no son pocas las veces que los gobernantes se hacen eco de las manifestaciones populares y reclaman con enjundia endurecer las penas para los jóvenes que delinquen. De hecho, el propio gobernador Daniel Scioli más de una vez ha expresado una postura de estas características.
Sin embargo, desde el mismo gobierno bonaerense se encargan de desmitificar una idea: no todos los menores que deben vivir en situación de pobreza son delincuentes. Y aseguran que "el porcentaje de los que delinquen es menor". Así lo afirmó Mónica Cappellini, coordinadora provincial de programa del Ministerio de Desarrollo Social Envión, que busca darle estudios y capacitación en oficios a chicos de entre 12 y 8 años que no estudian ni trabajan.
Este programa lo puso en marcha el actual titular de la cartera, Baldomero Al- varez de Olivera, cuando asumió en el cargo. Actualmente, hay 10 mil chicos que participan del programa que ya funciona prácticamente en la totalidad de los municipios bonaerenses. La idea es que para fin de año haya doscientas sedes del programa en todo el territorio provincial y el número de chicos que participen se duplique.
Desde el gobierno provincial saben que cuantitati- vamente están lejos de poder abarcar a todos los jóvenes que viven en la pobreza. En algún momento se decía que había medio millón de chicos en esa situación. "Hoy algunos hablan de 300 mil, de 400 mil", señaló la funcionaria bonaerense. Sin embargo, la coordinadora del plan reconoció que erradicar la pobreza en la Provincia "es un trabajo a largo plazo. Este no es un programa dinerario, no salimos a repartir becas. Hay mucho recurso humano apostado", señaló.
Muchos necesitan ayuda social
La pobreza en la Argentina estalló con la crisis socio- económica de 2001 y, más allá de que la situación mejoró en los años posteriores, los índices siguen siendo altos. Desde el Ministerio de Desarrollo Social realizaron censos en 66 barrios de treinta municipios. En total, se le tomaron los datos a 78.205 personas, de las cuales 22.367 son niños.
De esa cantidad de chicos, 10 mil fueron seleccionados para recibir ayuda social. "Elegimos a los que estaban en mayor situación de vulnerabilidad", explicó la coordinadora Cappellini. La situación de la mayoría de estos chicos es muy complicada "no tienen oportunidades. Han sido expulsados de la escuela, no tienen ni siquiera una dirección. Les preguntás dónde viven y te dicen "calle tal, pasillo X". Todas estas son situaciones muy complicadas. No son excluidos sociales, son expulsados sociales", señaló la funcionaria.
Además, explicó que de la misma manera que no todos los jóvenes en situación de pobreza son delincuentes, tampoco todos son adictos a las drogas, como muchos suponen. De todos modos, admitió que "hay muchos" con problemas de consumo de estupefacientes
|