Los inconvenientes, económicos, emocionales y familiares que tienen muchas personas están íntimamente empa- rentados con un "enemigo" que "cruza" la sociedad y donde nadie parece hacer nada, "los estupefacientes" a pesar que la Justicia Ordinaria, Jueces de Garantías ya pueden actuar cuando son traficadas pequeñas cantidades.
También existe delegación de la Policía Federal para entrar en acción, amparados por el Juzgado Federal de San Nicolás. Nadie parece intervenir. En los últimos meses hubo varias internaciones de personas que llegaron al "límite" del consumo con graves consecuencias para ellos y sus familias.
Cada uno de ellos llegaba a consumir entre 100 y 200 pesos por día de cocaína u y otras drogas. Aquellos que están en el tema indican "dame diez minutos que te traigo la droga que querrás". ¿La justicia, y las fuerzas de seguridad no lo conocen a estos lugares? ¿Por qué?. Se habla de decenas de chicos afectados y con grandes problemas.
En la otra punta esta la provisión de dinero. Cuando no hay para comprar la droga, se sale a robar, celulares, bicicletas, stereos, motos. Colón Doce esta en condiciones de señalar que el noventa por ciento de los chicos atrapados en los ilícitos menores tiene contactos con los estupefacientes. Uno de los últimos casos es el del joven que debió internarse en una clínica psiquia- trica de la región. Sin embargo habría más chicos a punto de dar ese paso a lo desconocido.
La enfermedad
La drogadicción es una enfermedad que tiene su origen en el cerebro de un gran número de seres humanos. La enfermedad se caracteriza por su cronicidad o larga duración, su progresión y las recaídas. Se debe entender que el adicto seguirá siendo un adicto mientras viva, es decir, que el individuo se rehabilita para poder vivir sin consumir la droga y, de allí en adelante, éste será un adicto en remisión, no estará usando la droga, pero para mantenerse en ese estado de abstinencia o remisión no podrá bajar la guardia. Drogas Son aquellas sustancias cuyo consumo puede producir dependencia, estimu- lación o depresión del sistema nervioso central, o que dan como resultado un trastorno en la función del juicio, del comportamiento o del ánimo de la persona.
La concepción de carácter social, según dice que las drogas son sustancias prohibidas, nocivas para la salud, de las cuales se abusan y que en alguna forma traen un perjuicio individual y social. Como se ve, un elemento importante es la intencionalidad y el propósito de alterarse mentalmente en algunas de las formas, ya sea deprimiéndose, alucinándose o estimulándose.
Drogas Duras
Las drogas "duras", son aquellas que provocan una dependencia física y psicosocial, es decir, que alteran el comportamiento psíquico y social del adicto, como el opio y sus derivados, el alcohol, las anfetaminas y los barbitúricos.
Drogas Blandas
Son las que crean únicamente una dependencia psi- cosocial, entre las que se encuentran los derivados del cáñamo, como el hachís o la marihuana, la cocaína, el ácido lisérgico, más conocido como LSD, así como también el tabaco.
Esta división en "blandas" y "duras" es cuestionada por muchos estudiosos del tema ya que consideran que se podría sugerir con ella que las "duras" son malas y, por consiguiente, las "blandas" son buenas o menos malas y no es así, ya que a partir de determinadas dosis y según la forma de ser administradas, las drogas "blandas" pueden tener efectos tan nocivos como las "duras".
Hay que tener presente que a partir de determinadas dosis las drogas denominadas "blandas" pueden tener efectos tan nocivos como las consideradas "duras". La dependencia es el estado del individuo mediante el cual crea y mantiene constantemente un deseo de ingerir alguna substancia.
Si éste deseo se mantiene por mecanismos metabólicos y su falta crea un síndrome de abstinencia, se denomina dependencia física. Si la dependencia se mantiene por mecanismos psicoso- ciales, suele definirse como dependencia psíquica o psicosocial.
Desde un punto de vista farmacológico, las drogas se dividen en narcóticos, como el opio y sus derivados la morfina, la codeína y heroína; estimulantes, como el café, las anfetaminas, el crack y la cocaína, y alucinógenos, como el LSD, la mezcalina, el peyote, los hongos psilo- cibios y los derivados del cáñamo, como el hachís.
Argentina el país que consume más cocaína
Un considerable incremento en el uso de alcaloides ubica a la Argentina en el primer lugar en el consumo de cocaína en toda América, compartido con los Estados Unidos, según el informe del año 2010 elaborado por la Oficina Contra la Droga y el Crimen de las Naciones Unidas.
El año pasado, el correspondiente análisis confeccionado por la ONU ubicaba a la Argentina como primer consumidor en relación a las demás naciones latinoamericanas, pero este nuevo informe la coloca, con una tasa del 2,6 por ciento, en la primera posición respecto a todo el continente.
Entre los países latinoamericanos que comparten el relevamiento del organismo internacional se encuentran, además de Argentina con una tasa del 2,6 por ciento; Chile, con 2,4; Uruguay 1,4; Bolivia y Colombia 0,8; Brasil 0,7; Venezuela 0,6; Perú 0,5; mientras que para Paraguay y Ecuador el índice es de 0,3 por ciento.
La Oficina Antidroga, en su informe, que considera a usuarios de cocaína argentinos de entre 15 y 64 años, puntualiza que existe un vínculo directo entre las drogas y el aumento del delito y la violencia, ya que "en algunos países más del 50 por ciento de los robos son perpetrados por toxicómanos para costearse su vicio". El informe destaca asimismo el costo financiero que conlleva el incremento del consumo de drogas, debido a que todos los años se invierten enormes sumas de dinero para potenciar a las fuerzas policiales, los sistemas judiciales y los programas de tratamiento y rehabilitación.
Por otra parte, "el costo social es alarmante debido al incremento del delito, la violencia callejera, guerra entre bandas y deterioro urbano", añade el informe de la ONU.
CONSUMO E INSEGURIDAD
Por su parte, el titular de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, Claudio Izaguirre, expresó que el informe de las Naciones Unidas "pone de relieve determinadas políticas permisivas en torno al consumo de drogas, específicamente la cocaína".
Profundizando en su apreciación, Izaguirre añadió que "se viene fracasando en el combate al narcotráfico y una de sus consecuencias, la inseguridad, es el escalón inevitable por el que debemos transitar por la permisividad jurídica en la comercialización de estupefacientes".
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