El incremento en las reservas, según coinciden los economistas, reduce los grados de vulnerabilidad de la economía local y tiene características anticíclicas, como fue demostrado con la crisis externa de los últimos años, lo que garantizan los pagos de importaciones, el servicio de la deuda, la estabilidad de la moneda nacional y el tipo de cambio.
Los analistas destacan además que, a diferencia de otras oportunidades, la acumulación de reservas no fue la contrapartida de mayor endeudamiento externo, sino que obedeció a los fuertes excedentes comerciales y los superávit de cuenta corriente.
La tendencia ascendente de las reservas data de 2002, hasta arribar a un nivel superior a los 50 mil millones de dólares el 12 de marzo de 2008, un día después de anunciarse la resolución 125, de retenciones móviles a las exportaciones agropecuarias.
A partir de allí se desataron fuertes fugas de divisas que impidieron mantener las reservas, como muestran las estadísticas publicadas por el Banco Central. Para el 3 de noviembre de ese mismo año la reservas se habían derrumbado a 44.973 millones de dólares.
Desde mediados de 2009, el aumento fue de 13,4%. A fines del año pasado las reservas ya habían sobrepasado los 48 mil millones de dólares, pero entre febrero y abril últimos se observó un nuevo retroceso, en gran medida ligado a la situación generada por el recambio en la presidencia del Banco Central.
Superado el episodio se retomó el ascenso, y la cifra actual de reservas multiplica por más de seis veces el punto más bajo del último decenio, los 8.245 millones de dólares anotados el 24 de enero de 2003.
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