“Desde el punto de vista psicológico, se afirma que esto se produce porque es una forma de exploración en la que se embarcan los niños, los cuales se introducen a sí mismos objetos de diferente tipo. Por lo tanto se trata de patologías creadas por el mismo niño. Suelen ser episodios accidentales”, señaló a la Agencia CyTA el doctor Alberto Chinski, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y ex presidente de la Asociación Interamericana de Otorrinolaringología Pediátrica. Con el propósito de tener una visión epidemiológica de esta problemática, Chinski y un equipo de colegas analizaron 1559 casos que se registraron en el Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gutiérrez” por un período de cinco años. Los resultados del estudio fueron publicados en la edición de mayo de la revista Pediatrics International.
Las edades de los pacientes atendidos estaban entre el primer día de vida y los 14 años. “La mayoría de los accidentes ocurrió durante la realización de actividades recreativas. Otro dato relevante que arrojó la investigación es que más del 90 por ciento de los accidentes sucedieron en presencia de adultos. Basándonos en esta información, se desprende que los padres o adultos en general deberían prestar más atención cuando cuidan a los niños a fin de evitar este tipo de episodios”, subrayó el doctor Chinski que también se desempeña como director del Centro de Otorrinolaringología que lleva su nombre.
Cuidado con los objetos Según indicó el especialista, un médico entrenado “puede perfectamente resolver el problema en el consultorio. La mayor parte de los cuerpos extraños no presentan mayores dificultades y con un mínimo de instrumental el problema es solucionable. Pero ante la posibilidad de no poder sacar el cuerpo extraño -los peores son los redondos porque al tocarlos giran y penetran más- debe ser referido a un centro asistencial que lo pueda resolver.”
Asimismo Chinski señala que cuando el cuerpo extraño queda enclavado en la nariz suele dar mal olor (fetidez) al cabo de unos días por estancamiento de las secreciones. “Todo líquido que se estanca da feo olor. Además puede tener hemorragias nasales y por supuesto, obstrucción nasal. Pueden presentar otros síntomas como estornudos, prurito nasal o infección en la piel alrededor del orificio nasal. Se debe recordar siempre que cuando un niño tiene mal olor en la nariz seguramente se trata de un cuerpo extraño”, subraya el médico.
Asimismo el trabajo publicado en la mencionada revista pone de relieve la importancia de evitar que las baterías y pilas estén al alcance de los niños. “Capítulo aparte es la pila de reloj colocado en la nariz de los niños”, afirma Chinski. Y continua: “El contenido de la pila es capaz de destruir en poco tiempo al cartílago del tabique nasal y otros muchos desastres. Es por eso que insistimos tanto en la profilaxis, es decir, en desechar totalmente las pilas o las baterías.”
Si bien el estudio se centró en la inserción de cuerpos extraños en los orificios nasales, Chinski menciona que también se debe prestar mucha atención a los objetos que pueden terminar siendo tragados por los niños. “En la vía digestiva el mayor problema se centra en el esófago cuando el cuerpo extraño se enclava en la parte superior. Si el cuerpo extraño llega al estómago, lo más frecuente es que lo evacue espontáneamente por las vías naturales. El cuerpo extraño más frecuente es, largamente, la moneda. El siguiente es el hueso de algún alimento”, puntualiza el especialista.
En la vía aérea la aspiración de un cuerpo extraño requiere siempre de su extracción “y realmente en ciertos casos ponen en riesgo la salud del niño. Los productos sintéticos son los más frecuentes (cuenta de collar, trozos de juguetes y semillas de frutas, entre otros), afirma el experto en otorrinolaringología. Y agrega: “Los cuerpos extraños, tanto los del esófago como los laringo-traqueo-bronquiales requieren de la internación del paciente y la realización de una anestesia general para su extracción.”
Teniendo en cuenta que la mayoría de los adultos estaban presentes en los casos analizados en el estudio sobre cuerpos extraños en orificios nasales, Chinski considera que “no es cuestión de estar en un mismo ambiente sino de estar alerta a lo que acontece. En este sentido es fundamental que los pediatras y otros profesionales de la salud cumplan el rol activo de informar a los adultos –padres y profesores, entre otros-para que estén alertas a fin de prevenir este tipo de accidentes.”
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