La guía apunta a mejorar la calidad nutricional a los pacientes que sufren esta enfermedad y brindarles mayor educación. El estudio, que es el primero en su tipo en el país y se otorga a los pacientes que consultan en ese hospital, brinda consejos para la hora de comer, indica cuáles son los alimentos y las porciones que deben ingerir los pacientes e incluso ofrece varias recetas de comidas y postres saludables.
Algunas de las indicaciones incluidas en la guía consisten en descansar antes de comer; elegir preparaciones de consistencia blanda; comer sentado; y limitar la ingesta de sal, porque el exceso de sodio puede provocar retención de líquidos y dificultar la respiración.
Para aquellos enfermos de EPOC que utilizan oxigeno, la Guía Alimentaria recomienda usarlo durante y después de las comidas, debido a que el acto de comer y la digestión requieren energía, lo que aumenta la necesidad de oxigenarse.
El director del hospital explicó que “del total de los enfermos de EPOC, alrededor del 60 por ciento sufre de Síndrome Metabólico (SM), caracterizado por el aumento del perímetro abdominal, es decir que padecen de sobrepeso u obesidad y de algún otro factor de riesgo alterado. Por otro lado, un 2 por ciento tiene un índice de masa corporal baja y están desnutridos”.
El especialista agregó que “además del pulmón, esta enfermedad afecta a varios órganos y sistemas porque genera un proceso inflamatorio local que obstruye la vía aérea y, al mismo tiempo, un proceso inflamatorio sistémico, que genera alteraciones nutricionales; anemia; enfermedad cardiaca; osteoporosis y depresión; entre otras afecciones”.
Esta enfermedad prevenible y tratable afecta a más de 600 millones de personas en el mundo, y su principal característica es la obstrucción permanente del flujo de aire que ingresa en los pulmones, causada principalmente por el consumo de tabaco. De hecho, se estima que más del 20 por ciento de los fumadores desarrollará la enfermedad.
Los especialistas dicen que quienes padecen de EPOC pueden manifestar alteraciones en el peso y sufrir problemas de desnutrición, sobrepeso u obesidad, que son acompañados generalmente por una disminución de la masa muscular y un aumento del tejido graso. Al consumir más oxigeno y realizar un esforzado trabajo respiratorio, el organismo requiere de más nutrientes y energía a causa de la pérdida de apetito, el cansancio y la tos frecuente que padecen los pacientes. Además, los músculos de los afectados tienen menos fuerza y resistencia para la contracción. (DIB)
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