En el Departamento Judicial de La Plata se abren unas 132 causas penales por día y hay una investigación penal preparatoria (IPP) cada 23,6 habitantes. La región está más o menos por la media provincial (23,83 causas por habitante) en lo que hace a la última cifra, lejos de distritos "calientes" como San Isidro y San Martín, pero un tanto más cerca de Lomas de Zamora o Mo- rón, por nombrar a otros lugares con alta conflictividad.
En Colón las causas por amenazas son las más investigadas. En un mes se puede presentar entre setenta y ochenta causas por amenazas de muerte. El dato surge de estadísticas oficiales de la Procuración General bonaerense que detectaron también que el nivel de causas penales viene aumentando año a año. En 2009 se abrieron 48.382 investigaciones en el Departamento Judicial La Plata, un 1,7% más que el año anterior, teniendo en cuenta que abarca a casi 1.200.000 personas entre el Gran La Plata, Cañuelas, Brandsen, Magdalena, Punta Indio, San Vicente, Monte, Lobos, Presidente Perón, Saladillo, Roque Pérez y General Paz.
Los tres grandes monstruos
Con sus 15 millones de habitantes y la región más empobrecida y desigual del país en su seno, la Provincia es un mar de estadísticas en el que no siempre es fácil detectar para qué lado va la marea. Según cifras de la Procuración General bonaerense, el año pasado se iniciaron en todo el territorio 637.199 investigaciones penales preparatorias, esto es, el modo en el que la Justicia llama a una causa penal en la que se investigan uno o más delitos, y en los que puede o no haber detenidos. Entre los 18 departamentos judiciales se destaca por su volumen el de Lomas de Zamora, con 105.528 IPP abiertas durante 2009 (unas 3.000 menos que en 2008), con un promedio de habitantes por causa muy similar a La Plata (23,01) y con una media de 289 expedientes abiertos por día. Es, por cierto, el distrito más poblado, con casi 2 millones y medio de personas, ya que, además de Lomas, abarca los partidos de Avellaneda, Lanús, Ezeiza, Almirante Brown y Esteban Echeverría.
El segundo gran monstruo es San Martín, que abarca a los grandes partidos del tercer cordón del Conurbano, y donde el año pasado se iniciaron 76.317 causas (también, casi 1.800 menos que el año anterior), a razón de 210 por día, repartidas entre su poco más de 1,6 millón de personas.
Y el tercer puesto se lo lleva San Isidro, con 72.660 IPP en todo 2009, a razón de 199 por día. Este último departamento es uno de los que cuentan con mayor cantidad de habitantes por causa: 19,1, y cuenta con casi 1,4 millón de personas. Sólo es superado en este rubro por Necochea (1 causa cada 18,9 personas), Pergamino (16,8) y Dolores (15,6), aunque en este apartado hay que hacer una distinción: el primer y el tercer departamento absorben un enorme volumen de delitos cometidos durante el verano en la Costa Atlántica, que no necesariamente tienen que ver con su población estable.
Quién subió, quién bajó
Las cifras de la Procuración son los únicos números serios para tomar si se habla de crecimiento o no del delito. Aunque, claro, sólo refieren a los hechos denunciados o a las causas que se abren "de oficio". Así es que en toda la Provincia el nivel de delitos se mantuvo más o menos estable, ya que decreció, pero apenas un 1,25%.
Sin embargo, en algunos distritos sí creció y en el que más lo hizo fue el de Mercedes, con un aumento del 6,62%, seguido por Azul (4,90%), La Matanza (3,75%), La Plata (1,70%) y San Isidro (0,70%). En contrapartida, los distritos que decrecieron en la cantidad de delitos investigados son encabezados por Necochea (con una sorprendente baja de 11,26%), a quien siguen Dolores (-8,59%), Trenque Lauquen (-5,06%), Pergamino (-4,94%) y Mar del Plata (-4,72%).
Calificaciones
El Código Penal reparte sus tipos desde su artículo 79: el del homicidio es el más grave, aunque la conducta humana tiene mil y una acciones mucho más leves que aquella a la que se describe como "el que matare a otro". Las estadísticas del sistema informático del ministerio público, que recoge todos los números de la Provincia, las desagregan delito por delito.
Y así surge que el que más se comete en toda la Provincia es quizás el tipo penal que más traba todo el sistema penal bonaerense y el que surge, claro, de una conflic- tividad que podría pasar por otro lado que no sea el Poder Judicial: son las amenazas, que se llevan 83.998, la friolera de 230 por día, y un 13,88% del total. El segundo delito más frecuente son las lesiones leves, recogidas en 70.181 expedientes iniciados durante 2009.
Y el tercero es el primero contra la propiedad: el robo, con 68.709, al que, si se le suma el robo agravado por el uso de arma (43.532), pasa al primer puesto, con un total de 112.241 (el 17,7% de todas las IPP). Un dato para destacar es que uno de los delitos que más repercusión mediática tiene -los "homicidios en ocasión de robo"- totaliza "sólo" 83 -o sea, 1 cada 4,4 días-, aunque en realidad 74 de esos fueron computados como "consumados" y 9 como en grado de "tentativa". No obstante, entre esta modalidad delictiva puede computarse el "homicidio criminis causa", es decir, cuando un asaltante mata a la víctima para encubrir el robo.
Aunque no todos son por este motivo, este tipo penal tiene menos "efectividad": son 56 consumados y 28 en grado de tentativa, totalizando 84. Los homicidios simples, por lo pronto, son la gran mayoría: en total se cometieron 1.692, y con menos efectividad que los anteriores: 931 fueron catalogados como "consumados" y 761 en grado de tentativa.
Y los culposos (mayormente accidentes de tránsito) totalizaron 1.397. Por último, hay que destacar que 43 fueron los secuestros investigados en toda la Provincia durante el año pasado.
El delito de amenaza
Las amenazas son un delito o una falta, consistente en el anuncio de un mal futuro ilícito que es posible, impuesto y determinado con la finalidad de causar inquietud o miedo en el amenazado.Las amenazas deben ser creíbles y, además, pueden consistir en amenazar con un mal ilícito que, por su parte, puede ser o no constitutivo de delito.
El mal ha de ser posible, en el sentido de que el destinatario puede tener motivos para creer en su verosimilitud. Que el mal sea impuesto significa que el amenazado no tiene control sobre los hechos que lo desencadenarán, por tanto, su culminación depende exclusivamente del sujeto activo. El hecho previsto ha de tener una clara repulsa social.
Finalmente la determinación viene dada por la expresión cierta de un hecho. La amenaza tiene la finalidad de causar inquietud en el amenazado produciéndole un estado o un ánimo de miedo.
En el delito de amenazas pude consistir en amenazar con causar un mal que constituya delito (ya sea éste contra la vida, la integridad personal o incluso contra el patrimonio), o bien la amenaza puede consistir en causar un mal que no sea constitutivo de delito.
También se distingue entre la amenaza condicional, que es aquélla en la que se exige una cantidad o condición para no llevar a cabo el contenido de la amenaza, y la no condicional. En el caso de amenaza de una acción no constitutiva de delito, ésta sólo es penada cuando la amenaza es condicional, lo cual se enmarca dentro del ámbito del chantaje
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