(Dypra/GEI) - El estudio fue elaborado por tres investigadores: Emmanuel Agis, del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda), Carlos Cañete, del Programa de Formación Popular en Economía (Profope), y Demián Panigo, del Conicet, y en sus conclusiones arroja que, desde la creación del programa, la indigencia bajó drásticamente entre el 68 y 54 por ciento y la pobreza disminuyó entre 32 y 13 por ciento, según se utilicen el IPC del Indec o el de siete provincias, respectivamente.
El otro dato significativo lo representó la caída a su nivel más bajo desde 1986, de los niveles de desigualdad entre quienes más ganan y los de menores ingresos, lo que hace que la Argentina vuelve a aparecer como “el país más igualitario de América latina”, lugar que había cedido en los ’90 como consecuencia de la aplicación de políticas neoliberales de exclusión.
“La Asignación Universal por Hijo se encamina a ser la medida de política social más exitosa de los últimos 50 años, especialmente por su impacto sobre la indigencia y la desigualdad extrema entre ricos y pobres”, señala el documento.
De acuerdo con los datos suministrados por la Anses, la cobertura viene creciendo de manera sostenida desde la implementación del plan, en noviembre pasado. En aquel momento fueron 3.303.914 menores de 18 años de 1.732.530 familias, en tanto que durante mayo, alcanzará a 3.677.409 chicos, que forman parte de 1.920.072 familias.
La investigación propuso evaluar el impacto de la AUH sobre cuatro indicadores centrales del bienestar social: pobreza, indigencia, desigualdad y vulnerabilidad relativa. El trabajo fue realizado en base a la Encuesta Permanente de Hogares del Indec del primer semestre de 2009 –para evaluar los ingresos de la población– y en dos índices de precios: el del Indec para el GBA y el de un conjunto de siete provincias, la mayoría opositoras al gobierno nacional. Esto último fue para despejar la polémica sobre la credibilidad del Indec en la medición de la inflación.
Con esos insumos, los investigadores llegaron a las siguientes conclusiones:
- La asignación por hijo sacó de la pobreza a entre 1,4 y 1,8 millón de personas. De ellas, entre 700 mil y 1,1 millón tienen 18 años o menos.
- La pobreza bajó entre 32,6 y 13,1 por ciento, según se tomen el IPC del Indec o el IPC de las siete provincias. En números absolutos, la tasa de pobreza cayó de 14,1 por ciento en el segundo semestre de 2009 a 9,5 por ciento tras la implementación de la AUH en el primer caso. Si la pobreza se calcula con una canasta básica total que surge del IPC de siete provincias, el descenso en números absolutos es de 26,0 a 22,6 por ciento.
- Entre 1 millón y 1,5 millón de personas abandonaron la condición de indigentes. De ellos, entre 680 mil y 1,03 millón tienen 18 años o menos. La indigencia retrocedió entre 68,4 y 54,7 por ciento, con los dos IPC. El nivel de indigencia bajó de 3,2 a 1,2 por ciento de las personas con el IPC Indec, y de 7,5 a 3,4 por ciento con el IPC siete provincias.
Por último, los investigadores afirman que la AUH es una de las medidas de redistribución del ingreso más potentes en décadas, Sin embargo, hacen una advertencia a las autoridades: la AUH debe ser entendida como el inicio de una estrategia para combatir la pobreza, la indigencia y la desigualdad y no como la línea de llegada.
Testimonios
“El mate cocido ahora se los corto con leche.” “Este año le compré zapatillas para empezar las clases”. “Los fines de semana toman leche con galletitas dulces.” “Ahora tienen una cena más, así son cuatro en la semana.” “Les compré por primera vez botas de goma para que no se mojen tanto los pies.” “Ya no hago más la calle.” Estas son algunas de las respuestas de beneficiarios de la AUH, que aparecen en el estudio, que ilustran algunas de las modificaciones profundas en la vida cotidiana de esas personas
|