Las fuentes de la investigación señalaron que el hecho fue cometido por delincuentes que conocen el manejo de hacienda, los cuales ingresaron al establecimiento rural propiedad de Ramón Franquet, delegado de Mariano H. Alfonzo y trasladaron alrededor de 100 novillos a un campo vecino, donde también violentaron la tranquera y posteriormente realizaron la carga.
Un dato interesante es que los vacunos habían sido trasladados algunos metros para ser subidos a algún transporte.
Las posibilidades
Los ladrones por lo menos utilizaron tres camiones jaulas (si se confirma que no se lo llevaron arriando) El destino más probable es que los vacunos hayan sido llevados a una planta frigorífica, para ser rápidamente faenados e ingresados al circuito comercial a través de bocas de expendio a minorista (carnicerías o supermercados).
Si lo robaron el lunes el miércoles ya estaban en la mesa familiar, y la única posibilidad es encontrar los cueros marcados. Por otro lado, si los vacunos fueron llevados a una planta faenadora, la misma debe ser de una infraestructura importante.
En primer lugar, debe tener corrales amplios y una playa de faena que le garantice rapidez en el faenamiento. Una planta faenadora de tamaño medio puede llegar a faenar 130 animales por hora.
El otro caso
En febrero de 2002 y en un organizado operativo que duro por lo menos siete horas, un grupo de delincuentes robó 122 novillos de 300 kilos cada uno del establecimiento "Las Invernadas", en el partido bonaerense de Rojas. El delito se realizó un sábado y los delincuentes enca- pucharon al puestero y lo encerraron en la habitación matrimonial de la vivienda junto a su esposa e hija, de cinco años de edad.
El hecho comenzó cerca de las 22 del sábado, cuando en la vivienda de la estancia "Las Invernadas", a escasos kilómetros del puente sobre el Río Rojas, un grupo de delincuentes encapuchó al puestero Héctor Gamboy y lo encerró en una de las habitaciones de la casa junto a su esposa y su hija.
El grupo, integrado por al menos cuatro personas, mantuvo cautiva a la familia por siete horas, mientras con un caballo de la finca arriaron hasta la manga -y después a camiones jaula- a 122 novillos de la finca que estaban en un lote del campo.
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