La iniciativa fue de Carta Abierta que invitó a Estela de Carlotto a dar una charla en la ex Escuela Nacional (posiblemente en el gimnasio Jordan). Los alumnos de los demás establecimientos fueron invitados y el encuentro será abierto para quien quiera asistir. Seguramente se tocará algunos temas de importancia actual como los ADN a los hijos de Ernestina Noble.
Un poco de historia
Estela de Carlotto era una ama de casa sin ninguna actuación pública, con cuatro hijos, cuando en noviembre de 1977 fue secuestrada su hija Laura Estela Carlotto, en momentos que gobernaba el país una dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) que había impuesto un régimen de terrorismo de estado.
Su hija Laura Estela Carlotto, estudiante de Historia de la Universidad Nacional de La Plata, pertenecía a la Juventud Universitaria Peronista, brazo universitario de la organización Montoneros, al igual que su otra hija Claudia, y su hijo Guido Miguel. El 5 de agosto de 1977 las fuerzas armadas secuestraron a su esposo Guido Carlotto que fue liberado luego del pago de 40 millones de pesos (equivalentes a 30 mil dólares), despues de haber sido severamente torturado.
A finales de noviembre de 1977 fue secuestrada su hija Laura, embarazada de tres meses. Fue mantenida con vida en el centro clandestino de detención La Cacha, en la ciudad de La Plata, hasta el parto, producido en el Hospital Militar de Buenos Aires el 26 de junio de 1978. El bebé, cuyo nombre para la familia es Guido Carlotto, de nacionalidad italiana y argentina, permanece desaparecido.
Carlotto hizo gestiones para la liberación de su hija, llegando a entrevistarse con el general Reynaldo Bignone (quien años más tarde sería presidente de facto elegido por la cuarta junta militar de la dictadura). Bignone le quitó toda esperanza de que su hija fuera a permanecer con vida. En abril de 1978 una compañera de cautiverio de su hija, que había sido liberada, le comunicó que su hija permanecía con vida y que se encontraba embarazada.
Laura nos mandaba a decir que le daban de comer un poquito mejor y que el bebé iba a nacer en junio de ese año, y que si era varón lo iba a llamar Guido, como su papá. Y que yo lo buscara en la Casa Cuna.
Poco después, en abril de 1978, Estela de Carlotto comenzó a participar en las actividades de las Abuelas de Plaza de Mayo. El 25 de agosto de 1978 fue convocada por los militares y le fue entregado el cadáver de esa hija, que justo tenía "destrozado" la zona del vientre!.
Sí. Casi un "privilegio". La enterramos el 27 de agosto en La Plata. Y el 30 de agosto me jubilé, con una hija asesinada y un nieto que no sabía si existía o no. Me enojé con Dios, me enojé con Jesucristo... Yo había rezado tanto, había hecho promesas... Pero me duró poco el enojo... porque me dije no es Dios, son los hombres los que hacen estas cosas, no Dios...
A pesar de todo mi fe está enterita. Será porque no tengo rencor, no tengo sentimientos que me envenenan, buscando información sobre otros chiquitos en el año ´80 me encuentro con gente en San Pablo, Brasil, cuando venía el Papa, y ahí una chica me empezó a hablar de una chica liberada llamada Rita que había tenido un nene varón, a quien habían liberado el 24 de agosto en las últimas horas de la noche para que se encontrase con su familia y su hijito.
Cuando me contaba que esa chica Rita tenía un papá con negocio de pinturas me di cuenta de que estaba hablando de Laura. "Mirá, vos estás hablando de Laura, mi hija, pero mi hija no fue liberada; mi hija fue asesinada", le dije. "No, a Rita la liberaron", contestó. "Si la hicieron bañar, cambiar... Yo le ofrecí un corpiño de encaje negro para que se llevara de recuerdo... A esa chica la liberaron. La sacaron con Carlitos, un compañero". Y yo dije: "Sí, justamente hubo dos muertos. Me la entregaron muerta".
Estela de Carlotto comenzó entonces a buscar y exigir la aparición de su nieto y de los demás niños secuestrados-desaparecidos por las fuerzas militares durante la dictadura militar. Con esa preocupación fue una de las fundadoras de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y su presidenta histórica. En total se estima que unos 500 niños fueron secuestrados-desaparecidos durante la dictadura y que la gran mayoría de los mismos se encuentran con vida y en poder de personas que les han ocultado su identidad y que en muchos casos son autores, cómplices o encubridores del asesinato de sus padres biológico
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