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23/03/2010
ANÁLISIS

Panorama político


La realidad aflora y el debate no aparece. Por Jorge Déboli, de la Redacción de Informes...




(Dypra/GEI) - Mientras más de 11 millones de argentinos comenzaban 2010 veraneando en los centro turísticos de nuestro país y muchos miles lo hacían en distintos lugares del exterior, el conglomerado opositor vernáculo planeaba otro renovado intento destituyente al tratar de desfinanciar al gobierno nacional buscando que la Argentina pague parte de su deuda externa (que ellos contrajeron cuando fueron gobierno), con fondos destinados para obras públicas y planes sociales, o vaya a saber de qué otra manera, dado que nunca presentaron un proyecto alternativo, al de usar las reservas de libre disponibilidad. Quizás pretendían un ajuste del 13 % en los salarios y haber jubilatorios como lo hicieron en 2001?. Sin embargo, la ilusión de plasmar un gobierno parlamentario comenzó a desvanecerse a partir de las críticas que comenzaron a surgir por estos días desde la propia usina que les da aire para existir, la corporación oligopólica mediática, que además integra como aliado principal.


Una de las reprimendas más duras a los “estrategas” de la oposición, surgió el pasado 18 de marzo del diario La Nación, de la pluma de Natalio Botana: “Cuando se conocieron los resultados de las elecciones del 28 de junio pasado, se construyó de inmediato una imagen falsa. Se creía, en efecto, que la oposición había derrotado al kirchnerismo cuando, en realidad, el Frente para la Victoria había retenido, si no la mayoría, por lo menos su condición de primera minoría”.


A esta descripción de la realidad parlamentaria dicha por Botana, se refuerza con una encuesta publicada el día anterior por este diario, sobre la imagen de la presidenta de la Nación y de su antecesor, en la que se reconoce que: “Tanto Cristina como Néstor Kirchner experimentaron en las últimas semanas una recuperación en su imagen positiva en la opinión pública, de acuerdo con datos de una encuesta de una importante consultora, efectuada en todo el país”.


De acuerdo con el estudio, cuya autoría no fue revelada por el matutino, Cristina Fernández y Néstor Kirchner, “pasaron de tener una imagen positiva de entre el 21 y el 23% hace un mes a una cifra de entre el 27 y el 28% en la actualidad. El nivel de aceptación de la gestión del gobierno nacional alcanza al 35%, aunque el rechazo se ubica cerca del 65%”, aseguró el matutino de la familia Saguier.


Pero también la encuesta, realizada hace un mes, advierte de “un descenso en la imagen positiva de dos de los principales candidatos presidenciales de la oposición, Julio Cobos y Mauricio Macri”.
Estos, como otros comentarios publicados en los otros medios del arco opositor, dan cuenta de cierto enojo con quienes, a pesar de todo el apoyo mediático que les brindan, la oposición no pueden articular un solo proyecto alternativo superador a cualquiera de las políticas que este gobierno viene impulsando desde el 29 de junio de 2009.


El Partido Judicial
Una de las jugadas más bochornosas para impedir el uso de las reservas de libre disponibilidad para pagar los compromisos externos que vencen este año, la oposición la hizo apelando (apretando?), a la jueza María José Sarmiento, presentando un recurso de amparo contra el Estado nacional, quien en 2008, a través de la Secretaría de Derechos Humanos de la nación, había querellado a su padre, el coronel Luis Alberto Sarmiento, en una causa por delitos de Lesa Humanidad. Dicha jueza no sólo no se excusó por esto, sino que además de dar curso al amparo, negó que su padre estuviese acusado de cometer algún delito.


Sobre el tema también opinó la presidenta, Cristina Fernández, cuando señaló: "Miren la buena fe del Gobierno que no sabíamos que el Estado era querellante en esa causa, habiendo tantas causas por derechos humanos en las que el Estado es querellante", explicó la Presidenta respondiendo de alguna manera la crítica de la propia jueza respecto que el, pedido de detención de su padre era una venganza del Ejecutivo. En cambio, para Cristina Fernández, la jueza Samiento, “sabiendo los pormenores de la causa contra su padre, debería haberse excusado de actuar en el expediente por las reservas”. Por otro lado es evidente que el gobierno de haber conocido dicha circunstancia, la hubiese usado para recusar a la jueza.


Mas desgaste
A esto, se le sumó la pretendida destitución de la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, una economista del mayor prestigio académico que se le puede pedir a alguien para ocupar un cargo semejante, y que dicho conglomerado se niega a dar acuerdo.
Para ello recurrió a una de las maniobras más bochornosas que crispó a muchos argentinos que el 28 de junio votaron de buena fe un debate mas racional y serio del parlamento argentino, pero que, como lo refleja la mencionada encuesta, algunos comenzaron a darse cuenta de la mediocridad y desesperanza que plantean algunos legisladores elegidos entonces.


Anticipo veloz
Con la complicidad de Cobos, el Senado cambió la composición de la Comisión Bicameral restando un miembro del oficialismo y sumando a otro de la oposición, para luego rechazar un pliego que hasta ese momento no había sido enviado por el Ejecutivo, y para colmo, esta comisión aceptó escuchar a la economista, pero sin hacerle preguntas, sobre los temas que según Morales “esperábamos que diga algo”.


Lo cierto de todo esto, es que luego de derogar el DNU del 14 de diciembre, la presidenta recurrió a la misma figura con la que su antecesor, el ex presidente Kirchner había dispuesto el pago al FMI en diciembre de 2005, es decir, a un decreto simple para el pago a organismos multilaterales, y otro DNU para el pago de la deuda a acreedores privados, cuya derogación intentó plasmar la Cámara de Diputados, pero que un fallo del juez en lo contencioso administrativo Enrique Lavié Pico, volvió a una integración de 8 y 8 los legisladores oficialistas y opositores la composición de la Comisión Bicameral de análisis de los decretos de necesidad y urgencia (DNU), quedando nulo su dictamen anterior. La Argentina sigue lejos de un debate racional.




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