Pero la inseguridad lo estaba esperando en la "tranquila Colón".
El héroe de mil carreras de embolsados, se fue con su Ford T a gas a cargar fluido a la estación de 50 y ruta 8.
Antes de bajar observó como cinco personas le pegaban a un perro y no contentos se las agarraba con un hombre al que dejaron maltrecho.
Ahí no más aceleró y retomo por calle 47, pero al llegar a su intersección con 14, vio parapetados a varios jóvenes que se tiroteaban con armas de fuego.
Cosa de locos pensó y puso la segunda por calle 46, tratando de llegar al sector quintas. No pudo ser. En calle 9 y la calle que transitaba, tres mujeres y cuatro hombres se pegaban con ladrillos, y objetos contundentes. Cansado dejo el Ford T y salió disparando a pié.
En su pensamiento decía estos es el lejano oeste, y el sherif esta durmiendo o viendo a las bailarinas en alguna cantina y lo que necesitamos es a Jhoon Wayne y la caballería que utilizaba contra los indios (continuará).
|