Hace poco en Pergamino la policía de investigaciones y tras varios allanamientos logró la aprehensión de un joven y un menor cómplice luego que protagonizaron el robo a un remisero). El sujeto de 18 años es hijo de una de los más famosos hombres de acción de Pergamino. El progenitor es Sergio Fernando Aítta, quien fue asesinado el 25 de octubre de 2004
Los dos menores protagonizaron a la orilla de la Ruta Nº8 una serie de hechos. La policía logró atraparlo luego que asaltaran a un remisero. Los dos detenidos se hicieron celebres por ser asociados al auto que manejaban. Se los conocía como la banda del Ford Focus. Las paradojas de la vida no tienen descanso. El hijo de Aitta tienen en disputa una millonaria herencia.
La herencia
Fueron cuatro disparos certeros, uno en el pecho y los otros por la espalda. Sergio Fernando Aitta (36), alias "Zepelín", se desplomó en la vereda de la avenida Roca, en pleno centro de Pergamino, frente a la plaza San José y a 100 metros del Palacio de Justicia. Era la mañana del 25 de octubre de 2004 cuando Pergamino se desayunaba con el asesinato de ese hombre que para su familia era comerciante, pero que para otros era prestamista, dueño de cabarets y propietario de un campo productivo sobre la Ruta Nº 8 que cuesta cerca de 1.300.000 pesos. El presunto asesino fue identificado por la Justicia como Juan Chamas y aún está prófugo.
Para los investigadores, ambos habían discutido cuando Aitta fue a cobrarle una deuda a Chamas. Pero al poco tiempo, la muerte de "Zepelín" volvió a engrosar las páginas del expediente con una denuncia insólita. Su cadáver había sido cambiado del nicho original, en el cementerio privado La Merced. Alguien había puesto su cuerpo en el nicho donde estaban los restos de Eduardo Guarnera, quien había muerto cuatro meses antes en un accidente. Hasta las placas identificatorias se cruzaron.
El "canje" fue planeado: se hizo con el cuerpo de Guarnera porque éste también tenía, como el de Aitta, las marcas que deja la autopsia en el pecho. ¿A quién le interesaría cambiar el lugar y el nombre de un cadáver?
Tres parejas
Después del asesinato de Aitta, aparecieron tres mujeres que dijeron ser sus esposas y haber tenido hijos con él. Hasta presentaron a los chicos ante la Justicia para reclamar su herencia.
El problema de las tres era que ninguno de los cuatro hijos, a quienes Aitta y sus mujeres habían bautizado Fernando o Fernanda, fue reconocido por su padre. Pero no sólo eso. Ninguna de las mujeres sabía de la existencia de las otras ni de los medio hermanos de sus hijos. Aitta llevaba vidas paralelas: tenía tres hogares simultáneamente. Darles su apellido a los chicos acaso hubiera puesto en peligro el complicado mundo que había construido.
Con dos de sus parejas convivió más tiempo. La primera fue Stella Valiente, su mujer durante 16 años. Con ella tuvo dos hijos y una casa en Pergamino. La segunda fue Marcela Santellán; tuvieron un hijo en 10 años de convivencia en Olavarría. Y la tercera, Karina Ortega, con quien menos tiempo permaneció. Ella era de Pergamino también y tuvo un hijo en 1997 al mismo tiempo que nacía el varón de su segunda pareja, Marcela.
De un hogar pasaba a otro. Del de Karina al de Marcela y de vuelta a Pergamino para estar con Stella. A una le decía que era transportista; a otra que trabajaba en un local. La excusa era que debía salir de viaje, que había caído preso por algún problemita menor, pero en verdad iba a cumplir sus deberes con sus otras familias. Así durante años.
De a poco, los vecinos de Pergamino comenzaron a conocer una historia de novela que apasionaba a todos, especialmente porque continuó tras el crimen. Antes que nadie, los padres y hermanos del comerciante, prestamista, administrador y gerente de cabarets, habían ido a reclamar la herencia, la administración del campo, las maquinarias, animales y el dominio sobre automóviles, camiones y también locales. En total hay en juego más de un 1.500.000 pesos. "De ahí la necesidad de exhumar el cadáver para hacer los análisis de ADN y la importancia para algunos de que el cuerpo de Aitta estuviera en el nicho de Guarnera.
Fue Stella la que pagó 8.000 pesos para hacer el ADN. Dio negativo, porque los restos que se tomaron para comparar eran de otro cuerpo, el de Guarnera. La confusión reinó desde febrero de 2006, cuando se exhumó el cadáver por primera vez. Hasta que un "arrepentido" conocido como "Pirulo Villalba" y a quien Aitta había llevado a trabajar como encargado en uno de sus cabarets, abrió la boca.
"Héctor 'Tito' Aitta, el papá de Sergio, me ofreció dinero para cambiar el cadáver y dijo que me iba a pagar cuando cobrara la herencia. Yo acepté, fuimos un mediodía con la hermana de Sergio, otro hermano y su mujer y 'Tito', el padre, quien nos llevó aunque se quedó en la puerta", le contó a su mujer y a su cuñada y luego al abogado Defrancesco.
El fiscal Mario Gómez inició otra investigación. Ordenó por segunda vez la exhumación de los dos cadáveres y llamó a los mismos peritos que habían hecho la primera autopsia de Aitta. Ahí lo reconocieron porque su féretro era "extralarge" por su gran tamaño (pesaba más de 100 kilos) y además por un tatuaje que tenía en la zona íntima que decía "Love".
Gómez imputó al padre de Aitta y al resto de los acusados por una forma de estafa realizada o planeada con el fin de inducir a error a la Justicia para obtener un beneficio económico. Esta maniobra podría ser penada con hasta seis años de prisión. "Creemos que el año que viene la causa estará elevada a juicio", adelantó Gómez.
La familia Aitta se defendió a través de su abogado, Rodolfo Migliario. "El cambio de cajón existió y eso lo sabemos todos. Pero el padre todavía está preocupado por encontrar al asesino de su hijo. Además -agregó- nunca se negó a sacar sangre porque sabía que el fiscal tenía algunos elementos guardados para hacer el ADN, no lo creyó necesario. No se puede acusar a nadie pero creo que acá hay problemas anteriores, conflictos de otros tiempos, rencores por los que se quiere perjudicar al padre de Sergio".
Del otro lado, los abogados de las tres mujeres de Aitta, no piensan lo mismo. Ellas dicen que los Aitta empezaron rápidamente el expediente de sucesión, sin siquiera respetar los plazos que establece el Código Civil, para sacarlas del medio. Por eso interpusieron un recurso para suspender el trámite de la herencia. (Datos Calrin)
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