El dato, a todas luces preocupante, se desprende del relevamiento que desde hace un año y medio realiza el Programa de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia (AVM), que funciona bajo la órbita de la Dirección de Igualdad de Oportunidades, de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, y que articula con el servicio de emergencias 911.
"El 38% de los hogares donde se registran víctimas de violencia, pertenecen a personas que trabajan en las fuerzas de seguridad", aseguró la secretaria de DD.HH. provincial, Sara Derotier de Cobacho. Sobre el polémico dato, Claudia Prince, titular de Igualdad de Oportunidades, aclara que "esta información proviene de lo que se puede sistematizar de las llamadas que se realizan al 911 y que son derivadas al programa".
Liliana Guido, psicóloga con amplia experiencia en el campo social y miembro honorario del Instituto de Derechos Humanos del Niño y el Adolescente, explica que "el reclutamiento de las fuerzas de seguridad -tal como están organizadas ahora, con una idea enraizada de desprecio por el otro y criminalización del conflicto social- encuentran un campo más propicio en personas que se identifican con la resolución violenta de los conflictos".
Según Guido, "lo primero no es que una persona ingresa a la fuerza de seguridad y después reproduce el ejercicio de la violencia al interior de su núcleo de relaciones, sino que el reclutamiento tienen que ver con personas que creen que la solución de los conflictos está en la violencia".
AMORES PERROS
El AVM dispuso crear el Registro de Noviazgos Violentos, en donde las víctimas tienen entre 12 y 18 años, y pese a que recién se inicia, surge como consecuencia del aumento de casos de agresión entre adolescentes, sobre todo en relaciones amorosas.
Más datos alarmantes salen a la luz: unas 35 mujeres son atendidas por día en la provincia de Buenos Aires, víctimas de la violencia doméstica en lo que va de 2009. Casi 8.500 mujeres que viven en territorio bonaerense llamaron pidiendo auxilio y fueron asistidas entre enero y agosto de este año. El 77% de ellas son maltratadas por sus propias parejas o ex parejas y en el 85% de los casos, la que llamó al 911 o al 0-800-555-0137 para pedir auxilio fue la propia víctima.
"Impresiona la cantidad de mujeres que llaman", opina Derotier y asegura que las estadísticas del programa, que funciona en el Co- nurbano bonaerense, Mar del Plata, Bahía Blanca, varios municipios del interior, y tiene capacidad de cobertura a toda la provincia, "son el punto de partida para poner en funcionamiento un registro único de casos de violencia a nivel provincial, que aún no existe en todo el país".
MATRIZ CULTURAL El 50% aproximadamente de las agresiones se producen en la franja etarea que va de los 25 a los 44 años.
Prince explica que el índice de violencia "aumentó en la franja que va de 25 a 34 años, pero el grupo afectado es mucho más joven del que consulta. Esto no quiere decir que la problemática haya empezado en ese momento. Cuando relatan sus historias estas mujeres hablan de que padecieron tres o cuatro años la violencia, hasta que se decidieron a realizar la denuncia".
Por otra parte, la mitad de las víctimas no tiene un trabajo estable o realiza changas ocasionales, lo que deriva en dependencia económica con el agresor.
"Los motivos que generan esta violencia tienen como matriz común una relación de poder basada en la diferencia de género -explica Prince-. Es un indicador cultural en donde el varón históricamente ha sido educado para establecer una relación de poder con la pareja. Es el que decide, el que toma decisiones, el que maneja el dinero, la violencia es psicológica y económica".
El 39% de estas mujeres son amenazadas de muerte, un dato que se condice con el aumento de feminicidios en la provincia, una situación que el programa califica de "alto riesgo".
"Hay sospechas de que muchos de los suicidios de mujeres, de los cuales hubo muchos este año, son provocados o inducidos, producto de la violencia en el hogar", asegura con preocupación Derotier.
Otro dato a tener en cuenta, es que la violencia doméstica aumenta durante el período vacacional; es decir, una instancia donde todo el núcleo familiar tiene la posibilidad de compartir más tiempo.
"Hasta hace no mucho tiempo se pensaba que éste era un problema privado. Ahora hay más conciencia de que es una problemática en la que el Estado tiene que intervenir y debe organizarse para atacar el problema y evitar la revictimización", dice Prince.
"La mujer misma ha tomado conciencia de que no puede seguir siendo víctima", asegura la titular de Derechos Humanos de la provincia, quien agrega que "el programa ya nos queda chico".
PEQUEÑOS TESTIGOS
Un 70% de las agresiones se producen ante la presencia de menores de edad y en la mayoría de los casos los agresores son personas que provienen de hogares violentos.
"Este es un problema cultural. Un chico que viene de un hogar donde el padre es golpeador sigue la tendencia. Es una problemática que se transmite de generación en generación", dice Derotier.
Para Guido, "los adultos somos modelos de resolver y enfrentar situaciones. Es posible que el aprendizaje del niño por años sea el de imitación, pero las instituciones están para hacer resistencia a esa situación".
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