Tanto se habló del choque ante Brasil. Maradona pidió expresamente que no se juegue más en el Estadio Monumental porque "el rival no siente la presión del público" y su deseo fue concedido. El Gigante de Arroyito de Rosario fue el elegido. Pero quedó demostrado que la gente o el hincha no gana los partidos.
Para lograr un protagonismo a nivel mundial hay que reunir un par de requisitos como jerarquía individual, una organización colectiva y fundamentalmente una táctica y una estrategia para cada partido.
Y Argentina no lo hace. Que mejor medida para ver donde estamos parados que enfrentar a una potencia como lo es el seleccionado de Dunga. Pero Argentina faltó a la cita y fue superado en todas las líneas. Dos goles de pelota detenida donde se discute si hay que marcar hombre o zona.
Con jugadores albicelestes de estaturas bajas frente a brasileños altos y potentes. Nadie brinda seguridad. Maradona improvisó una zaga central (Domínguez- Ottamendi) limitados para jugar esta clase de partidos. Luis Fabiano con muy poco los dejó expuestos. La superioridad de Brasil desnudó más a Argentina después de la derrota ante Ecuador y la humillante goleada 6 a 1 con Bolivia. Si vemos a las selecciones europeas podemos observar que ninguna tiene jugadores con poca estatura.
Y Argentina le sobra. Agüero, Messi, Tevez son el resultado de una línea trazada en los últimos años en las divisiones inferiores de nuestro país: jugadores habilidosos y pequeños. Por citar algunos como Aimar, Buonanotte, Saviola, Manso, Mouche, Formica. Si uno mira afuera hay jugadores como Etó, Kaká, Ibrahimovic, Adriano, Luis Fabiano y tan mal no les va. Brasil en los últimos 4 mundiales ganó dos y en otro llegó a la final.
Nadie puede negar que Agüero, Messi y Tevez rinden en sus equipos. Pero para hay un sistema de juego armado alrededor de ellos. Messi en Barcelona tiene a un referente de área que se lleva las marcas y también a Xabi e Iniesta que lo ayudan a ser protagonista siempre. Aunque va a ser elegido como "el mejor jugador del mundo" todavía no lo demostró en la Selección con un juego más individualista que colectivo, que quedó reflejado cuando perdió con el equipo lanzado el balón en ataque, que derivó en el tercer gol brasileño que sepultó las ilusiones argentinas de igualar el resultado.
A 271 días de Sudáfrica son mas dudas que certezas las que tiene Argentina. Maradona parece encerrado en un laberinto y lejos está de encontrar la salida. La clasificación a Sudáfrica puede llegar a concretarse pero el presente no es alentador y parece difícil que se pueda levantar la Copa que paradójicamente alzó Diego Maradona. El técnico (sin haber realizado el curso) está en un cono de sombras y desgasta día a día su imagen que logró por haber sido el mejor futbolista de todos los tiempos pero que dista mucho al tener que dirigir técnicamente y tácticamente a la Selección.
*Periodista. Director Técnico Nacional de Fútbol
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