En los historia de la localidad de Pearsón hay muy pocos hechos de estas características. Un asalto a mano armada en una vivienda.
Las fuentes indican que los ancianos no se resistieron y entregaron una buena cantidad de dinero que tenían guardada. El matrimonio Garabelli son almaceneros. En los últimos minutos del jueves dos personas encapuchadas ingresaron a la casa, inmo- vilizaron a la pareja, y le hicieron entregar el dinero que guardaban y que fueron ahorrando peso sobre peso.
Pedro Garabelli entregó el dinero y los delincuentes se fueron caminando. Nadie escuchó un motor, ni la acelerada de un auto. Seguramente un tercer miembro de la banda los estaba esperando muy cerca. No hubo violencia, apenas una fuerte voz de mando y un golpe en una puerta.
Las preguntas son muchas, pero lo cierto es que muy pocas personas podían tener información que los comerciantes del pequeño pueblo tenían una gruesa suma de dinero guardada en la casa. Los asaltantes conocían el terreno.
Como pasar desapercibido
Seguramente los intrusos contaron con un soplón de la localidad. Nadie puede realizar tareas de inteligencia en un pueblo tan pequeño y pasar desapercibido. Alguien sabía del dinero guardado y busco cómplices para llevar a cabo la operación.
Además los delincuentes son conocedores del terreno y se fueron caminando. A la hora del asalto si hubiesen huido en un auto, seguramente alguien detrás de una ventana, o de la mirilla de una puerta los hubiese detectado.
Alguien les facilitó la llegada en un vehículo, y también les aseguró como salir del pequeño pueblo sin ser observados El secreto seguramente está escondido en los trescientos habitantes o en alguna persona que tuvo acceso a la información.
Teníamos razón
Trascendió que la Policía Comunal estaría tras los pasos de un piromaniaco que habría provocado algunos incendios. El individuo se movería en un vehículo y habría sido visto por testigos. El piroma- niaco tendría un patrón de horarios y zonas.
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