A los pedidos del chofer de la barredora no contestados el hombre que se domiciliaba en cercanías de los sucesos y con problemas síquicos , se sumaron circunstanciales transeúntes y policías.
El muchacho no quería escuchar los pedidos y estaba visiblemente nervioso. Finalmente los policías lo habrían tomado por sorpresa y sacado de la incomoda posición, llevándolo para su atención al Hospital Municipal Eduardo Morgan, donde fue medicado y contenido.
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